Fue parte constante de los elencos de la era dorada de las teleseries que Vicente Sabatini dirigió en TVN durante la década de los noventa. Siempre en papeles secundarios, pero igualmente reconocible. Mireya Véliz murió ayer a las 17:50 horas, de causas naturales, a los 98 años de edad, según confirmó su sobrina, Ana María Velis. Su velorio se realizará hoy en la sede del Sindicato de Actores de Arte, Sidarte (Ernesto Pinto Lagarrigue 131) a partir de las 10 horas. Mientras que su funeral será mañana, a una hora por definir, en el cementerio Parque Santiago.
Su carrera en teleseries estuvo marcada por roles secundarios, donde generalmente interpretó a nanas o abuelas. "Su vida estaba consagrada a su oficio de ser actriz. Trabajamos con ella muchas veces y cuando ya estaba muy viejita. Con mucho esfuerzo de parte de ella" comenta el director Vicente Sabatini, que trabajó con ella en más de una decena de teleseries. El realizador recuerda que debido a la edad de la actriz y la dificultad para viajar a locaciones como Isla de Pascua, durante las grabaciones de Iorana (1998), solían bromear con Véliz por las características que debía tener su personaje: "Los interiores los grabábamos en Chilefilms y los exteriores en Isla de Pascua. Entonces siempre hacíamos bromas con el hecho de que ella no podía salir persiguiendo a nadie fuera de su casa, porque si salía, tenía que ir a grabar a Isla de Pascua. Ella hacía bromas con eso también, tenía un sentido del humor muy especial". Sabatini cuenta que lo mismo ocurrió con La fiera un año más tarde, que se registraba en locación en Chiloé.
La actriz debutó en televisión en los teleteatros que Hugo Miller realizaba en Canal 13 a comienzos de los sesenta, pero antes ya tenía una trayectoria como escritora, directora y actriz de teatro infantil. Trabajó en cine en películas como Caluga o menta (Gonzalo Justiniano), El chacotero sentimental (Cristián Galaz) y Cachimba (Silvio Caiozzi).
"Yo trabajé bastante con ella en televisión y también en teatro. La quise mucho, a ella y su familia. Me acuerdo que la iba a dejar después de la función todos los días, porque vivíamos cerca", recuerda Delfina Guzmán sobre su labor en la obra Casa de luna, inspirada en El lugar sin límites de José Donoso, que fue dirigida por Alfredo Castro en el Teatro Nacional Chileno en la década de los noventa. "Era una persona muy encantadora, muy dulce, muy simpática, muy querible", agrega Guzmán.
Véliz vivía desde abril de este año en el hogar para el adulto mayor Casa de Reposo Catalina, por una decisión familiar, como explica su sobrina Ana María Velis. "Antes vivía sola en su departamento. Los meses anteriores se había mantenido estable, se alimentaba bien y bueno, pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo. Ya no se levantaba, especialmente ahora en el invierno", explica. Durante esta semana su estado de salud había empeorado.
Su última aparición en televisión fue en la teleserie nocturna Infiltradas en 2011.