"Hay que salir campeones pase lo que pase. No importa cómo. Aunque sea con un cero a cero. Por favor seamos campeones", pidió Milovan Mirosevic el lunes, en el regreso a las prácticas tras el 2-6 en Iquique . La aprobación fue inmediata. La promesa también. Si lo dice el Milo no es un solicitud, sino una exigencia.

Y es que volante de 36 años, pese a no jugar un solo minuto en todo el semestre, se convirtió desde su retorno en uno de los hombres más importantes del plantel estudiantil. Su voz es escuchada por grandes y chicos. Su trayectoria y estampa de referente absoluto del club es respetada de manera implacable.

Mirosevic no pudo ser aporte dentro de la cancha. Sí fuera de ella. "Siempre nos aconseja. Nos habla sobre nuestras falencias y fortalezas. Nos da consejos. Es un elemento muy importante para todos dentro del grupo", expresa un integrante del primer equipo.

"Por su trayectoria y lo que representa, aquí adentro hay un respeto total por él. Su presencia impone", reconoce José Pedro Fuenzalida, otro de los líderes del plantel campeón. "Sabe manejar al grupo. Llegar a él. Ha sido fundamental toda esta campaña. Nos habría encantado tenerlo dentro de la cancha, pero es un aporte incluso desde fuera. Y un referente para todos nosotros", complementa.

Pese al respeto y admiración de sus propios compañeros, no han sido meses fáciles para Milovan. Llegó lesionado, pero con unas ganas enormes. Su anhelo, sin embargo, fue imposible de cumplir. Cuando avanzaba en la puesta a punto, una hiperextensión de la rodilla izquierda lo volvió a marginar. No volverá a jugar hasta 2017. "Sufrió con ese tema. Se notaban las ganas que tenía. Y algunas veces se vio realmente afectado", acotan desde el cuerpo técnico estudiantil.

Nunca perdió la fe. Así se lo transmitió, incluso, a los hinchas. "Todavía no estoy listo. Algunos días estoy bien y otros días estoy mal. Pero es así. Hay que esperar y seguir metiéndole", dijo el propio mediocampista a un grupo de hinchas que, hace un par de semanas, le preguntaron al salir del entrenamiento por el avance en su recuperación. "No hay fecha para volver a jugar, pero ya llegará el momento", contestó, optimista y con una sonrisa pese a sus evidentes molestias para caminar. La insistencia de los fanáticos y principalmente el cariño de ellos, nutre a la ya veterana figura del cuadro estudiantil.

Ayer Mirosevic estuvo en Temuco para presenciar el partido consagratorio. Llegó como el referente que es y la evidente ilusión de dar la vuelta olímpica junto a sus compañeros, deseo que sí se le cumplió. La promesa firmada en el camarín se concretó. El plantel ganó el  título para ellos, para la historia del club y para dedicárselo a Milovan.