Una misión de la Unión Europea y el Fondo Monetaria Internacional (FMI) decidió inesperadamente visitar Grecia esta semana, luego que los gobiernos de la zona euro aumentaran la presión para que el país cumpla con las duras reformas acordadas pese al fuerte malestar de la población.

El equipo de inspectores de la UE y el Fondo Monetario Internacional llegará cuando el Parlamento sostenga un voto de confianza en la noche del martes sobre el nuevo gabinete del primer ministro, George Papandreou, formado para reunir fuerzas tras las medidas de austeridad.

Funcionarios dicen que los inspectores estarán de visita el martes y el miércoles. Ilias Mosialos, portavoz del gobierno griego, dijo que discutirían cambios "a un nivel técnico" a un paquete a cinco años de reducción de gastos, alzas de impuestos y venta de compañías públicas que desató semanas de huelgas y protestas.

El nuevo plan casi duplica las medidas de austeridad que han elevado el desempleo a un récord del 16% y han extendido una profunda recesión hasta su tercer año.

Mosialos intentó calmar los temores a un desvío de las metas acordadas, diciendo que no habría cambios en las políticas económicas del plan y que sólo habría mejorías en los objetivos fiscales.

El viaje de los inspectores fue anunciado luego que los ministros de Finanzas de la zona euro reunidos en Luxemburgo en la noche del domingo demoraran la aprobación del próximo tramo de ayuda para Grecia por 12.000 millones de euros (US$17.070 millones de dólares).

La decisión buscaba mantener la presión sobre los legisladores griegos, tanto para que apoyen al nuevo gobierno, como para que aprueben el paquete a cinco años, que es una condición para un segundo rescate por unos 120.000 millones de euros.

"Estamos esperando una decisión del Parlamento griego. Estamos llamando no sólo al gobierno, sino a la oposición griega, a apoyar el plan", indicó el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, antes del segundo día de encuentros en Luxemburgo.