Observadores de la OSCE y la ONU iniciaron hoy su retirada de Georgia y la separatista Abjasia, tras negarse Moscú a prolongar sus misiones, en medio de crecientes temores de una nueva guerra entre Rusia y este país caucásico.

La televisión mostró cómo vehículos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) trasladaban las propiedades de la base central de la misión, desplegada en Georgia hace 17 años y ubicada en la localidad de Karaleti, cerca de la otra región separatista georgiana, Osetia del Sur.

Habitantes locales criticaron el cierre de la misión, al señalar que la presencia de la veintena de observadores creaba garantías de su seguridad, tras el conflicto armado entre Rusia y Georgia de agosto de 2008.

La jefa del equipo de la OSCE, Terhi Hakala, lamentó la salida de los observadores, al indicar que la situación en torno a Abjasia y Osetia del Sur, donde Rusia desplegó sus bases militares, sigue siendo "extremadamente inestable".

Tiflis intentó en agosto del año pasado reconquistar Osetia del Sur para hacer frente, según afirma, a la entrada allí de tropas rusas concentradas en la frontera, a lo que Moscú respondió con una invasión y ocupación parcial de Georgia y el reconocimiento de la independencia de ambas regiones secesionistas y prorrusas.

Hoy mismo, medios rusos dieron cuenta del comienzo de la salida de la misión de la ONU de Abjasia, cuyo mandato fue cancelado el 16 de junio pasado y que deberá evacuar su personal de esa región hasta el 15 de julio.

La misión de la ONU en Abjasia, desplegada hace dieciséis años tras la guerra de secesión, incluía a unas 480 personas: 136 observadores militares y 20 policías de las Naciones Unidas, más 115 empleados internacionales y otros 210 locales.

La salida de ambas misiones se produce debido a que Rusia vetó la prolongación de sus mandatos, después de que los demás países apoyaran la integridad territorial de Georgia y se negaran a reconocer la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.

En el país caucásico sólo queda un grupo de observadores de la Unión Europea (UE) desplegado cerca de Osetia del Sur, pero que tiene prohibido entrar en territorio de ambas regiones separatistas.

"A los observadores de la UE les costará cumplir sus funciones tras el cierre de nuestra misión, lo que repercutirá de forma negativa en la seguridad de la población civil", comentó Hakala a la agencia rusa Interfax.

El Presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, agradeció la labor de ambas misiones y prometió buscar otras formas de participación de observadores europeos en la supervisión de las zonas de conflicto y en el "restablecimiento de la integridad del país".

La salida de los observadores occidentales se produce en medio de crecientes tensiones entre Rusia y Georgia, que se acusan mutuamente de preparar nuevas agresiones, y de advertencias de expertos sobre el peligro de un nuevo conflicto bélico.

El International Crisis Group (ICG), una organización dedicada al análisis de conflictos internacionales, opinó estos días que los choques armados son posibles, debido a la "ausencia de un régimen de seguridad" en torno a las regiones separatistas.

Alexandr Rondeli, ex canciller georgiano y director del Centro de Estudios Estratégicos, afirmó que "en los territorios fronterizos puede ocurrir cualquier incidente capaz de provocar otra guerra, que Rusia necesita para deshacerse de Saakashvili", como fiel aliado de EEUU en el Cáucaso y que desea llevar su país a la OTAN.

"Moscú no cesa de denunciar que Georgia planea atacar Abjasia u Osetia del Sur y al mismo tiempo expulsa de aquí a los observadores, lo que significa que no quiere que éstos vean lo que ocurre en los territorios bajo su control", señaló Rondeli.

Por si fuera poco, el Ejército ruso inició ayer en el sur del Rusia y en ambas regiones georgianas las maniobras Cáucaso2009, vistas por Tiflis como un desafío y una amenaza directa para la seguridad de Georgia.

"La situación en las fronteras con Georgia sigue tensa, por eso se decidió que en las maniobras participen nuestras tropas emplazadas en Abjasia y Osetia del Sur", explicó al diario ruso "Kommersant" un portavoz del Distrito Militar Sur de Rusia.

Alexandr Nalbandov, viceministro de Exteriores georgiano, denunció que los ejercicios suponen "una provocación" y recordó que la última guerra, que duró cinco días y causó un millar de muertos en ambos bandos, comenzó inmediatamente después de las similares maniobras rusas Cáucaso2008.

Los ejercicios terminarán el 6 de julio, cuando comenzará la primera visita a Rusia del presidente estadounidense, Barack Obama, que suscita en Tiflis temores de que Washington dé la espalda a Georgia a cambio de la ayuda de Moscú en las crisis de Afganistán o Irán.