Mitt Romney aseguró este martes su nominación por el Partido Republicano para disputar la presidencia de los Estados Unidos tras obtener la victoria en las primarias de Texas.
Sin embargo, su nombramiento no se hará oficial hasta la Convención Nacional republicana que tendrá lugar a finales de agosto en Tampa (Florida), pero los delegados que alcanzó en Texas le permitieron superar un umbral que, en la práctica, le garantiza la posición.
Un conteo preliminar muestra que Romney superó los 1.144 delegados necesarios para obtener la candidatura presidencial de su partido.
Se trató de un triunfo a la resistencia de un candidato que no pudo lograr su objetivo hace cuatro años y que tuvo que luchar duro el 2012, en el que los votantes tuvieron que elegir de entre muchos aspirantes del Partido Republicano.
Romney alcanzó la cumbre del proceso de nominación sobre la base de mensajes constantes de preocupación por la economía de Estados Unidos, una organización de campaña interna que eclipsó a las de sus adversarios republicanos, y una recaudación de fondos que sólo fue superada por su ahora oponente demócrata en las elecciones generales del 6 noviembre, el actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.