En el pequeño pueblo de Mitzpe Hila, de poco más de 650 habitantes, vive la familia del soldado isarelí, Gilad Shalit, quien será liberado este martes por el movimiento islámico Hamas, en el marco del canje por presos palestinos pactado con el gobierno de Benjamin Netanyahu.

En dicha localidad la expectación es máxima y se cuentan las horas para recibir después de cinco años a su vecino más célebre. "Todo el país te espera, el pueblo entero te abraza", reza una gran pancarta a la entrada de esta población, que antes de la captura de Shalit en junio de 2006 por tres milicias palestinas, casi ningún israelí sabía situar en el mapa.

A pocos kilómetros de la frontera con Líbano y sobre una colina desde la que se divisa el Mediterráneo, Mitzpe Hila se ha convertido en los últimos días en centro neurálgico de decenas de policías, periodistas y curiosos que se arremolinan junto a las vallas que delimitan la residencia de la familia Shalit.

Desde que el martes se anunció el canje de presos entre Israel y Hamas, la población "no descansa ni duerme hasta que Gilad regrese a casa", apuntan sus vecinos.

"Estamos muy contentos, pero hasta que no lo veamos de vuelta también expectantes porque desconocemos cómo regresará", explicó a la agencia Efe a la entrada de la vivienda familiar uno de los principales activistas de la campaña para lograr la liberación, Ohad Kaner.

"Las primeras horas serán cruciales para la familia. Los voluntarios y vecinos nos quedaremos en un segundo plano para que los padres, Noam y Aviva, y sus hermanos, Yoel y Hadas, puedan abrazarlo y estar con él", explicó Kaner, ataviado con una camiseta con el logotipo más conocido de la campaña de Shalit.

Junto al domicilio, en una calle sin nombre ni número pero que los vecinos conocen como "Fase B" -en referencia a la construcción de la urbanización-, se agolpan desde hace días decenas de medios de comunicación con el objeto de captar el más mínimo detalle.

La casa, un sencillo chalet con un tejado rojo a dos aguas y sobre el que ondea desde el fin de semana una bandera de Israel colocada por el progenitor, está flanqueada por numerosos arbustos con lazos amarillos en señal de solidaridad con el soldado.

Se encuentra rodeada por un jardín, que la madre Aviva se ha afanado en regar los últimos días para devolverle el color que tenía antes de la captura de su hijo. El padre viajó hoy a Jerusalén para comparecer ante el Tribunal Supremo en una vista originada por las demandas que interpusieron familiares de víctimas del terrorismo contra la excarcelación de palestinos condenados por su implicación en atentados en los que murieron cientos de israelíes.

Entretanto, junto a la vivienda de los Shalit, varios familiares y amigos departían hoy bajo dos grandes sombrillas, ajenos a la polémica creada y a los medios, quizá tratando de aunar fuerzas para recibir de la mejor manera posible a Gilad.

Eitan Raz, jefe de Policía de la comarca Maalot-Tarjisha, a la que pertenece Mitzpe Hila, dijo a Efe: "Nos preparamos para traer a Gilad a casa y haremos todo lo posible para mantener el orden". La Policía acordonará la zona aledaña al domicilio y ha pedido a los vecinos y a los medios que respeten la privacidad de la familia.