El modisto indio Manish Arora, figura ascendente en la semana de colecciones prêt-à-porter de París, no defraudó a su público, ni por el lugar elegido, el Liceo Henry IV, ni por sus ideas para la próxima temporada invernal, inspirada en el Art Deco y en los felices años 20 y 30 del siglo pasado.

El espacio alargado de la biblioteca del Liceo, uno de los centros escolares más cotizados y exigentes del país, dio un toque especial a su colección, rebosante de espectaculares conjuntos multicolores bordados por completo.

Resultó inevitablemente atractivo el contraste entre la inspiración occidental, histórica y también oriental de Manish Arora y los muros empapelados con estanterías llenas de libros, protegidos por puertas enrejadas cerradas con pequeños candados.

El público, entre el que se encontraban "vip" nacionales como el periodista estrella Patrick Poivre d'Arvor, pasó, a todas luces, un buen momento.

MANISH ARORA
En la penumbra reinante triunfó un mundo de formas geométricas pero también a veces vegetales, construido sobre estampados casi siempre bordados desde el cuello hasta los tobillos, incluidos leggings y pantalones "jodhurp" o de equitación, sobre botines de ante verde vivo.

Escotes en V abiertos hasta la cintura de un vestido de talle bajo, top de plástico calados estratégicamente, siempre multicolores, y relieves considerables en hombros y caderas fueron otras características esenciales Manish Arora para el Otoño-Invierno 2009-2010.

La audacia vino igualmente del maquillaje de finas cejas naranjas, sombra de ojos verde o azul fosforescente y labios de coral, a juego con cabellos recogidos con una gruesa cinta negra por detrás para sujetar una chasquilla "Deco", más o menos escalonado y asimétrico, verde, azul, amarillo o naranja.

El detalle era importante, sino esencial, pues en parte propiciaba el aura futurista indispensable para cada modelo.

HIROKO KOSHINO
En abierto contraste, Balmain hizo del negro uno de los colores principales de su invierno 2011, junto con dorados y estampados pantera, mientras Hiroko Koshino mostró un minidesfile exclusivamente negro, completado con una exposición estática con las mismas formas pero traducidas en colores muy vivos.

Fue su manera de rendir homenaje a los trajes tradicionales de Uzbekistán, cuyos motivos recuerdan los "Kasuris" japoneses, evocación, a su vez, de los kimonos usados antiguamente por los granjeros de su país.

Hecha esta declaración de principios resultó comprensible la sorprendente mezcla de sobriedad y al mismo tiempo el toque barroco de su colección, por ejemplo con vestidos hasta las rodillas, levemente entallados en la cintura gracias a dos pliegues laterales, acampanados para tomar vuelo a partir de las caderas.

Con Hiroko Koshino, los pantalones serán leggings para llevarse bajo minis plisadas o tomarán forma "jodhurp", levemente bombachos, para lucir con botines y bolero-chaqueta recta y adornarse con lazos a la altura de los tobillos y la cintura.

LIE SANG BONG Y HARRYHALIM
La de Lie Sang Bong fue una colección en la que abundaron las pieles, en tonos rojos degradados hasta el negro, y el satén marrón, por ejemplo en vestidos con talle muy marcado con triple cierre, guantes de cuero a juego y volantes adornando el delantero.

Los cierres servirán para abrir lateralmente el bajo de una falda o para construir una prenda que, según se quiera, será bolero, chaqueta o abrigo tres cuartos.

Al igual que sus mangas, cortas o largas, de cierre en cierre.

Como es ya obligado en toda pasarela que se precie, el invierno que viene Lie San Bong tuvo también sus pantalones "jodhurp", aquí satinados y sumamente femeninos.

El modisto indonesio Harryhalim, de 25 años, debutó hoy en París con un prêt-à-porter blanco y plateado, glamouroso, futurista, sofisticado y ultrafemenino, que jugó con el contraste de boleros cortos y talles altos.

La silueta, longuilínea y de espaldas redondeadas, se construyó sobre cuero, metalizado, trenzado y se adornó con detalles bordados de lentejuelas.