Considerado uno de los columnistas más leídos en el idioma español y elegido como uno de los intelectuales más destacados del mundo en 2013 por la revista británica Prospect, el influyente analista y economista venezolano Moisés Naím conoce bien los vericuetos del poder en Washington. Tras dirigir por 14 años la revista Foreign Policy, en 2010 se integró como miembro distinguido del Carnegie Endowment for International Peace, un connotado think tank de la capital estadounidense. En esta entrevista con La Tercera, el autor de El Fin del Poder (2013) y Repensando el Mundo (2015) analiza, entre otras cosas, las razones del triunfo del candidato republicano Donald Trump y los desafíos que le esperan una vez que se instale en la Casa Blanca.

A su juicio, ¿cuáles son las razones que explican el triunfo de Donald Trump en estas elecciones presidenciales?

Hillary Clinton, una candidata con altísimos indicadores en contra, con un país al que no logró entusiasmar y que, a pesar de ser mujer, no pudo movilizar suficientemente a los jóvenes, a las mujeres, a los votantes. Y no supo, no pudo, contener las agresiones y el manejo no ortodoxo de Trump.

Y respecto de los desafíos que enfrentará Trump como Presidente, ¿cuáles considera que son los más relevantes?

Está la falta de equipo. Trump no tiene realmente un equipo profesional. Los más relevantes y destacados expertos en economía, en relaciones internacionales, en políticas públicas del Partido Republicano han firmado cartas públicas denunciando a Trump, y muchos de ellos dijeron que, a pesar de ser republicanos, votarían por Hillary. O sea, en primer lugar, Trump llega sin experiencia previa en asuntos de Estado. En segundo lugar, llega sin la capacidad de formar un equipo, de reclutar entre los mejores del Partido Republicano, entre la gente con más experiencia, la gente más respetada. En tercer lugar, Trump llega con una serie de promesas que rompen tratados, que rompen leyes, que realmente pueden crear un choque de poderes constitucionales. Yo me imagino fácilmente que varias de las iniciativas, de las promesas que ha hecho Trump, van a ser llevadas a los tribunales y probablemente llegarán a la Corte Suprema. Muchas de las cosas que él ha prometido no las va a poder hacer. El va a descubrir que estar sentado en la Casa Blanca implica restricciones mucho más grandes que estar en campaña prometiendo iniciativas que son incumplibles.

Ya fuera de competencia, ¿cómo imagina el rol de Clinton? ¿Va a complicar mucho al gobierno de Trump?

Yo creo que Hillary Clinton absorberá la derrota y se retirará. Después de esto yo no la veo siendo candidata para ningún cargo electivo en Estados Unidos. Además, no hay que olvidar la edad que tiene (69). Seguirá siendo una voz importante, pero creo que se dedicará a tiempo completo a la Fundación Clinton. Su derrota generará también un fuerte debate dentro del Partido Demócrata.

Respecto, precisamente, del Partido Demócrata, ¿cómo ve el futuro de la colectividad tras la derrota de Hillary?

Es un partido que está dividido en cuanto a política económica, en cuanto a políticas del sector privado. Se ha legitimado en esta elección hablar mal del comercio internacional, de los acuerdos de libre comercio, del sector privado, de los grandes bancos. Entonces estamos viendo un partido antiglobalización, anticomercio, antisector privado que está allí. Eso responde a un ala encarnada y representada por Bernie Sanders y Elizabeth Warren.

¿Y a quién ve como líder, como rostro del Partido Demócrata a partir de ahora?

Creo que veremos a Elizabeth Warren adquiriendo un rol más importante, pero no es tan claro, porque hay un ala que no está de acuerdo con eso.

Y en el caso de Barack Obama, ¿en qué papel lo visualiza?

Obama va a ser un líder natural, reconocido y muy respetado. Va a salir con índices de aprobación que no hemos visto hasta ahora. El desempleo está por debajo del 5%. Entre las economías más desarrolladas, la de EE.UU. es la más sólida, tiene todos los signos de fortaleza y eso es gracias a Barack Obama, que comenzó enfrentando la crisis económica más profunda que ha tenido este país desde la Gran Depresión del año 1929. Es también importante notar que en este mundo de la política de los escándalos, Barack Obama y su equipo estuvieron en la Casa Blanca por ocho años y no tuvieron ningún solo escándalo, no fueron acusados de un solo escándalo del tipo que plagó a Donald Trump, por ejemplo, o a Hillary y los Clinton.

Durante la campaña se especuló sobre el rol que jugaría Melania Trump en el gobierno de su esposo. ¿Cómo lo ve usted?

No me jodas...

Por último, en cuanto al foco del gobierno de Trump en materia internacional, ¿que importancia cree que puede darle a América Latina?

Yo creo que en la lista de emergencias internacionales que va a tener que enfrentar el nuevo presidente no está América Latina. La única política de Trump en asuntos internacionales es construir una pared con México y expulsar a los hispanos ilegales. Lo que quiero decir es que cuando Trump llegue a la Casa Blanca la lista de emergencias que va a tener que atender es muy larga, y en esa lista no aparece América Latina. ¿Qué reto de América Latina es comparable con Corea del Norte, que tiene un dictador y ha demostrado ser muy inestable y está desarrollando misiles con la capacidad de llegar a EE.UU. o Japón? ¿Qué reto de América Latina es comparable a eso o con lo que está pasando con la fragmentación de Europa y la posible finalización del proyecto de integración europeo o con la expansión bélica de Rusia o con la crisis de Siria o con lo que está pasando con China? Es muy bueno que América Latina no tenga este tipo de emergencias que requieren la atención de esta superpotencia, porque con frecuencia terminan en tragedia o es que son ya tragedias.