Por primera vez en su historia y con Marco Estrada en sus filas, el Montpellier se tituló como campeón de la liga de Francia.

El equipo del nacional necesitaba un empate para quedarse con la copa, pero de visita le ganó 2-1 a un Auxerre descendido y poco le importó que el PSG, su escolta a 3 puntos, derrotara al Lorient.

El partido no empezó bien para el Montpellier, ya que a los 20', y tras perderse varias ocasiones, en la primera llegada de peligro del local Kapo ganó tras un córner y de cabeza puso el 1-0.

Eso sí, doce minutos después Utaka anotó la igualdad y llevó tranquilidad al cuadro de Estrada, que realizaba un buen partido.

Tras el descanso llegó la primera suspensión, ya que a los 47' la hinchada local comenzó a lanzar pelotas de tenis y rollos de papel higiénico a la cancha y además había varios "barras" sobre el alambrado.

El árbitro decidió suspender momentánemente el encuentro y al final se reanudó 20 minutos depués, sin embargo, a los 79' cayó una bomba de estruendo y se volvieron a detener las acciones.

La policía ingresó al terreno para resguardar a los jugadores y luego desalojó la galería de la barra local, con lo que se pudo jugar el tiempo restante.

Luego de ello y ya conocido el resultado del PSG, necesitaba un gol más para "asegurar" el trofeo, y fue nuevamente Utaka, que tras una media vuelta dentro del área venció al portero Sorin.

El resto de partido el Montpellier se dedicó a mover el balón y esperar que pasara el tiempo para comenzar la celebración, la primera de un nacional en Francia.