La agencia de calificación de riesgos Moody's confirmó hoy la nota atribuida a la deuda de Estados Unidos como "Aaa", considerada como la mejor posible, pese al fracaso de las negociaciones bipartidistas para la reducción del déficit del país.
"Moody's tiene una perspectiva negativa de la calificación de Estados Unidos dada la necesidad de que realice una mayor reducción del déficit para revertir la actual tendencia en aumento de la deuda del país", explicó la agencia.
El comité bipartidista del Congreso tenía encomendada la elaboración de un plan consensuado de reducción del déficit de US$1,2 billones en los próximos 10 años en Estados Unidos, pero la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas llevó al comité a reconocer el lunes su incapacidad de llegar a un pacto al respecto.
Ahora los legisladores deberán lograr un acuerdo para evitar los recortes automáticos en defensa y programas sociales por el mismo monto que entrarían en vigor en 2013.
"A pesar de que el comité podría haber propuesto unas medidas de reducción del déficit considerablemente superiores a US$1,2 billones, lo que habría sido positivo para la calidad crediticia del país, su fracaso no disminuye el monto de reducción del déficit que ya ha sido legislado", explicó Moody's.
En ese sentido, la agencia de calificación aseguró que "la composición de los recortes del gasto no va a ser un factor crucial en la calificación del país", mientras que sí lo sería una reducción en la cantidad a reducir del déficit.
A pesar de que el fracaso de las negociaciones del llamado "supercomité" no afecta a la máxima nota de la deuda soberana estadounidense, éste sí que "reduce las probabilidades de que se tomen más medidas de reducción del déficit antes de las elecciones de noviembre de 2012", algo que a juicio de la agencia de calificación "es necesario".
El anuncio de Moody's está en línea con el emitido el lunes por Standard & Poor's, que también decidió mantener la calificación que le otorga a la deuda estadounidense, de AA+, a pesar del fracaso del comité bipartidista, que tenía encomendado llegar a un acuerdo sobre el déficit desde el pasado agosto, cuando el país estuvo al borde de la suspensión de pagos.