El gobierno español esquivó una bala el martes cuando la agencia de calificación de riesgos Moody's mantuvo su nota en grado de inversión, apaciguando los fuertes temores de que el país de la zona euro sería rebajado a territorio basura.
Moody's mantuvo la calificación "Baa3" de España pero le asignó un panorama negativo.
De este modo la dejó en línea con las agencias rivales Standard & Poor's, mientras que Fitch la mantiene un escalón más arriba en "BBB".