A las 8.00 de hoy (hora de Bolivia), en la Plaza Murillo de La Paz, el Presidente Evo Morales encabezará una inédita ceremonia. El mandatario decidió utilizar la conmemoración de los 134 años del desembarco de tropas chilenas en el puerto de Antofagasta -el 14 de febrero de 1879, y que a la postre significó el inicio de la Guerra del Pacífico-, para relanzar su ofensiva contra Chile en busca de una salida al mar.
"El día de mañana (hoy), el Presidente Evo va a estar en un acto de denuncia de esta cruenta invasión", anunció ayer el vicepresidente de ese país, Alvaro García Linera, mientras que el canciller David Choquehuanca señaló que en la oportunidad, "reafirmaremos nuestro derecho y desnudaremos la permanente agresión".
La ceremonia, organizada por el gobierno de La Paz, es inédita no sólo por el episodio que se recordará, sino además, porque la Plaza Murillo -centro político de ese país, alberga al palacio de gobierno y al Congreso- se utiliza anualmente para conmemorar el Día del Mar, el 23 de marzo.
En dicho sentido, el acto de hoy va en línea con el discurso más duro que ha impulsado Bolivia en los últimos meses. Según el análisis de la Cancillería chilena, Morales, en sus últimas intervenciones, ha comenzado a hablar de "reivindicación" y "reintegración" y no de acceso o salida al mar.
El ejemplo más claro de este vuelco, explican en Relaciones Exteriores, es el discurso del mandatario boliviano en la Cumbre Celac, que se realizó en Santiago a fines de enero. Ahí, Morales aludió a los territorios que, previo a la Guerra del Pacífico, pertenecían a Bolivia.
"Póngase (en el lugar) de ese niño que sabe por historia que Bolivia nació con Antofagasta, Calama, Cobija, Tocopilla, Mejillones, Taltal, el litoral", dijo el Jefe de Estado boliviano al Presidente Sebastián Piñera, durante la cumbre.
Episodio histórico que será recordado hoy en la conmemoración de la pérdida de Antofagasta.
La arremetida de Morales se suma a la tensión creciente que se instaló entre Santiago y La Paz, a propósito de la detención de tres militares bolivianos en Colchane, Región de Tarapacá, luego de que cruzaran la frontera armados. En su estadía en Chile por la Celac, el propio Morales criticó el actuar de las autoridades chilenas en el caso.
Pese a gestiones iniciales del gobierno chileno por precipitar la liberación de los uniformados, el caso quedó radicado en la justicia y fueron imputados por porte ilegal de armas, quedando detenidos.
En dicho escenario, el martes, el gobierno boliviano anunció que llevarían el caso ante la ONU y la OEA si no se resolvía "en los próximos días". Escenario que se vuelve más complejo aún, luego de que el Juzgado de Garantía de Pozo Almonte acogiera ayer la solicitud del Ministerio Público, de ampliar en 10 días el plazo de la investigación.
El gobierno de Morales ha dicho que los militares pasaron la frontera de manera involuntaria, mientras perseguían a contrabandistas de vehículos que ingresaron a Bolivia.
En dicho contexto, durante la mañana de ayer se concretó un acuerdo suscrito entre las cancillerías de ambos países para devolver a Chile vehículos robados y que entraron ilegalmente al país vecino. Para ello, el ministro (S) del Interior, Rodrigo Ubilla, viajó a la frontera con Bolivia, donde junto al fiscal nacional (S), Francisco Ljubetic, recibieron los primeros vehículos.
Ubilla rechaza propuesta
Hasta la frontera con Bolivia llegó ayer el ministro del Interior (S), Rodrigo Ubilla, para encabezar la devolución de los primeros ve-hículos robados en Chile que fueron ingresados de contrabando al país vecino.
Apenas llegó al lugar, Ubilla recibió una sorpresiva invitación de parte de las autoridades bolivianas. Le plantearon realizar el traspaso de vehículos en el regimiento boliviano donde se encontraban los autos. "Ellos me plantearon que fuera en el sector de Lagunas, pero pedí que se mantuviera el acuerdo", dijo Ubilla a La Tercera. El diseño inicial contemplaba que la ceremonia se realizara en el kilómetro cero, es decir, justo en la frontera.
Ante la negativa del ministro (S), fue el cónsul chileno en La Paz, Jorge Canelas, quien se dirigió al regimiento y recibió los vehículos de parte del ministro de la Presidencia, Juan Román Quintana; del vicecanciller Juan Carlos Arrualde y de la jefa de Aduana. El cónsul subió a una de las camionetas y encabezó una caravana hasta el sector fronterizo Tambo Quemado donde finalmente fueron recibidos por Ubilla.
En días previos, La Moneda tenía antecedentes de que Bolivia buscaría realizar el traspaso de vehículos en territorio boliviano, lo que fue interpretado en Palacio como un acto de provocación en medio de la tensión entre ambos países por la arremetida boliviana para una salida al mar y por la detención de militares bolivianos en Chile.