La morosidad del crédito concedido en España por bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros a empresas y particulares cerró el pasado ejercicio en 5,81%, con lo que recuperó los niveles de hace 15 años, en concreto de diciembre de 1995, cuando fue del 5,72%.

Según datos provisionales publicados por el Banco de España, el sistema financiero español tenía un volumen de impago de 107.173 millones de euros (US$145.755,2 millones) a fines de diciembre de 2010, frente a los 104.682 millones de euros que tenían un mes antes.

Para los expertos consultados, la tendencia de futuro aún es "complicada", ya que la morosidad seguirá subiendo mientras lo siga haciendo el desempleo y éste no empezará a relajarse hasta finales de este año o principios del próximo.

En doce meses, la tasa de morosidad creció algo más de siete décimas en comparación con el 5,08% que registró en diciembre de 2009, un incremento igual de pequeño que el de la cartera crediticia del sistema, reflejo de la crisis y de las dificultades para obtener fondos mayoristas, ya que los créditos globales sólo aumentaron en 6.912 millones de euros (US$9.400,3 millones) en un año.

Por tipos de entidades, la morosidad más alta corresponde a los establecimientos financieros, con casi el 9,63% y unos impagos absolutos de 4.060 millones de euros (US$5.521,6 millones).

Las entidades financieras clasifican sus créditos como dudosos cuando su titular, sea un particular o una empresa, acumula tres meses consecutivos de impagos, como establece la legislación vigente.