Afuera del recién inaugurado Estadio Municipal de Puente Alto, jóvenes trabajan de lunes a viernes, de 9 a 18 horas. Desde mayo, no han parado de romper con un martillo cerámicas y azulejos de todos los colores. Con esos miles de trozos irregulares han creado un mural de 150 metros en la fachada del recinto y que estará listo la próxima semana.
Sus creadores son un grupo de egresados de Arte de la Universidad de Chile, pero en la elaboración también participaron vecinos y funcionarios de la municipalidad, que fue el organismo que encargó la creación del mosaico.
Ahora, el lugar de acceso al estadio tiene una cara más colorida. Lo mismo sucede con otros lugares de la comuna. En los últimos seis años, más de 20 espacios públicos han comenzado a lucir mosaicos que han sido elaborados por artistas y vecinos. Es posible apreciarlos en plazas, escuelas, liceos y hasta en consultorios. "Es una forma creativa de recuperar espacios y murallas que estaban rayados o deteriorados", asegura el alcalde Manuel José Ossandón.
Tan buena aceptación han tenido estos mosaicos, que ahora el municipio quiere plasmar una obra mayor: ornamentar con esta técnica los más de 80 pilares y las estaciones del Metro que están en la comuna. Aunque aún no ha conversado la idea con la empresa ni ha calculado el costo, el edil asegura que el proyecto ya está avanzando. De hecho, el grupo de mosaiquistas que prepara el mural del estadio está trabajando en algunos diseños para esta iniciativa. En este caso, su creación también sería colectiva, ya que la idea es que en su elaboración participen los habitantes que viven en las inmediaciones de las estaciones.
PLAZAS Y VILLAS
El primero de los mosaicos se hizo en una escuela de la comuna, en el marco de un programa para mejorar el clima escolar. La comunidad se entusiasmó con la técnica -barata y sencilla de trabajar- y en 2005 más de 150 vecinos elaboraron un mosaico en la explanada de la Plaza Bernardo O'Higgins.
Desde entonces, los mosaicos se tomaron otros espacios públicos: los consultorios Alejandro del Río y Manuel Villaseca, el colegio Maipo, las escuelas Casas Viejas y Las Palmas y los liceos Industrial y Chiloé. El más llamativo de todos se encuentra en el Hospital Sótero del Río, donde una plaza interior está toda cubierta con mosaicos, incluidos los bancos de cemento.
El año pasado, estas obras también llegaron a las poblaciones. Con fondos culturales del gobierno regional, la municipalidad eligió a siete villas para que contaran con un mosaico. Los vecinos fueron capacitados, recibieron los materiales y fueron ellos mismos quienes trabajaron en sus muros.
La dirigenta vecinal Clemira Lienlaf cuenta que en la Villa Mariano Latorre transformaron "en un mosaico una pared frente a la multicancha que antes era un lugar donde se juntaban a tomar". Este año la municipalidad se adjudicó nuevos recursos, los que se usarán para crear mosaicos en otras poblaciones.