Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos viven su momento más complicado desde el final de la Guerra Fría, dijo hoy el Ministerio de Exteriores ruso, en un comunicado a pocas horas de que llegue a Moscú el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson.
La declaración culpa, sin embargo, a "la anterior administración de Estados Unidos", la de Barack Obama, por haber hecho "todo lo posible para empeorar las relaciones" bilaterales, y por ello afirma que esperan que la visita de Tillerson sea "productiva".
"Confiamos en que haya una negociaciones productivas. Esto es importante no solo para el futuro desarrollo de nuestra cooperación bilateral, sino para la situación general en la arena internacional", afirmó el Ministerio.
La cancillería no dudó en acusar a la administración Obama tanto de la guerra en Siria como del conflicto en Ucrania, dos de los principales temas que tratarán mañana en su reunión Tillerson y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.
"Los intentos de culpar a Rusia que se llevaron y se llevan a cabo por el 'establishment' político estadounidense son una hipocresía. No fuimos nosotros los que provocamos la revuelta anticonstitucional en Ucrania, ni tampoco prendimos la hoguera de la llamada primavera árabe", subraya la nota.
Moscú dejó claro que no va a ceder a las presiones anunciadas por Washington sobre el apoyo al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y reiteró que pedirá a Tillerson explicaciones sobre el ataque de EEUU a una base área siria, además de insistir en una investigación imparcial del uso de armas químicas en el país árabe.
"Rusia no va a renunciar a sus legítimos intereses y sólo aceptará cooperar de igual a igual, algo que tampoco ahora gusta a todo el mundo en Washington. Pero estamos abiertos a un diálogo de lo más sincero sobre cualquier cuestión de la agenda bilateral e internacional", advierte el comunicado.