El arzobispo de Valparaíso, Santiago Silva, dio a conocer esta mañana el Protocolo de Convivencia para evitar abusos sexuales. Y ahí, en medio de la conferencia de prensa fue consultado sobre la homosexualidad, tema no tocado dentro del informe. Su respuesta fue clara y breve, "no es conveniente que un homosexual sean sacerdote".
Ante esta frase, el presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, dijo a La Tercera que esta aseveración es una "más de la jerarquía de la Iglesia Católica, de mezclar la pedofilia con la homosexualidad, hay que terminar con estos intentos de contaminarnos con la basura que ellos mismos han producido".
Ante este hecho, Jiménez indicó que "llegó la hora de que los sacerdotes homosexuales y las monjas lesbianas saquen la voz y digan que su orientación sexual no tiene nada que ver con los abusos sexuales".
El Movilh, en un comunicado, añadió que "mientras la Iglesia Católica pretende dar un paso adelante en torno a la justicia que merece un sector social, como son los menores de edad, da un paso atrás al dañar al mismo tiempo la dignidad de otros, las minorías sexuales. Esto demuestra que la Iglesia no entiende que los derechos humanos son universales, interrelacionados, interdependientes e indivisibles y que toda señal que apunta a lo contrario no es más que una cortina de humo".
En tanto, el dirigente explicó que tienen antecedentes de un caso, en que un sacerdote fue expulsado de la congregación por su condición de homosexual y se acercó a denunciar el hecho a la organización, pero días más tarde desistió de la acusación, ya que había "resuelto con dinero su situación".