El movimiento pro democracia que desde hace casi un mes ocupa varias calles de Hong Kong para pedir el sufragio universal mostró hoy división e inseguridad al cancelar, pocas horas antes de su inicio, un referéndum entre sus miembros para decidir el futuro de las protestas. 

Cuatro horas antes del comienzo previsto de la votación, que debían hacerse vía móvil en las noches de hoy y mañana, los organizadores del referéndum, las mismas fuerzas políticas que abanderan la Revolución de los Paraguas, cancelaron la consulta.

Occupy Central, una de las facciones de las protestas, anunció la cancelación, que según ellos se debe a "las diferentes opiniones en torno al formato, las mociones y la eficacia de la votación". 

"Pedimos disculpas por no haber discutido (la decisión de realizar la votación)", señaló el comunicado, para añadir que "el movimiento de masas debe actuar de acuerdo con la voluntad de la gente".

El pasado viernes, el movimiento pro democracia, compuesto por federaciones de estudiantes, el citado Occupy Central y veteranos legisladores hongkoneses, había anunciado la votación, en la que en teoría se iba a preguntar a los manifestantes si aceptaban o no una oferta del Gobierno local a cambio del fin de las protestas. 

El Ejecutivo de Hong Kong sugirió en las negociaciones con el movimiento, el pasado día 21, la creación de un mecanismo de negociaciones con participación popular, para debatir las futuras reformas políticas que piden los sectores más progresistas.

Aunque los líderes de las protestas dieron ayer explicaciones sobre cómo votar (para ello era necesario descargarse una aplicación de móvil diseñada para la ocasión), a lo largo de esa jornada ya se habían oído voces contrarias a la consulta, ante el temor de que tras ella el movimiento se desinfle.

"Era una votación sin sentido, porque podía ser usada como excusa para echarnos de aquí. Además, para votar había que dar la identidad, lo que puede suponer represalias de la policía de Hong Kong, o quién sabe si de la de China", señalaba a Efe el estudiante Ewan Mak, en la acampada demócrata del barrio de Mong Kok.

Allí, donde cientos de jóvenes llevan cuatro semanas bloqueando una de las calles más importantes de Hong Kong, Nathan Road, en el corazón comercial de la excolonia, se respiraba cierta división, porque algunos sí querían votar esta noche, aunque no estuvieran de acuerdo con que acabaran las protestas.