Andrés Rillón como Don Pío en el Jappening con Ja y regalando un minuto de confianza para que Ricardo Canitrot le desordene el pelo y lo trate de "pelao fresco". Andrés Rillón bajo el mismo personaje arrojando su sombrero al entrar a la oficina y cayendo justo en el perchero; o enamorado de Gertrudis y regalándole frases como "trengo que te trengo"; o en Mediomundo, como un huraño almacenero junto a Julio Jung o, por esos mismos días noventeros, en un comercial en el que se enorgullecía de tener mucho "winter ya".
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Todas esas caras configuran a un actor de estilo único en la TV chilena, que osciló entre el absurdo, la ilógica y la improvisación, y que impulsó a otros comediantes, como Felo, Fernando Larraín, Felipe Izquierdo o el elenco de Plan Z, todos siempre con el rictus serio tras provocar una risotada. Una huella reconocible en la cultura pop local y que ayer se apagó para siempre: el hombre que dio vida a Don Pío -encarnación del jefe despistado y desorientado- falleció a los 87 años, a consecuencia de una serie de problemas cardíacos que arrastraba desde 2016.
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"Si no digo huevadas cuando me estoy muriendo, ¿cuándo las digo?", soltó en su hilarante cuenta de Twitter hace poquísimos días, el pasado 27 de diciembre, como otro chiste más de su repertorio, y demostrando que no sentía pánico por un desenlace fatal. Incluso, como una muestra más que mantuvo lealtad absoluta a su forma de hacer reír hasta el final, fue crítico de los nuevos aires cómicos: "Morandé con compañía es un escupo. Lo encuentro ordinario y sin imaginación", sentenció en 2014.
En una mirada histórica, su vida profesional fue casi tan disímil y variada como su estilo: se tituló de derecho en la Universidad de Chile en 1963 y, años después, desde 1965, fue director del Registro electoral del país.
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También estudió cine en la U. Católica, donde desarrolló su amor por el séptimo arte y el teatro. Ahí incubó su gusto por las luces y el humor: formó parte de la compañía teatral Ictus -fue invitado por Jaime Celedón como asistente de dirección- y participó del brazo televisivo del grupo, el recordado programa La Manivela.
En esa misma línea, fue crítico de El Mercurio, Qué pasa y La Segunda, para luego dar el gran salto: en 1983 se sumó al Jappening con Ja, en pleno apogeo del espacio en TVN, cuando dominaba sin mayores contrapesos las tardes de los domingos. "Recuerdo cuando lo invitamos a participar en el programa y él no quería, pero lo presionamos, y terminó convirtiéndose en un éxito bastante importante. El hacía un humor distinto, creativo, elaborado", recuerda Eduardo Ravani, el señor Zañartu en el programa de humor.
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Fernando Alarcón se suma: "Una de sus grandes características como comediante es que no se sometía a libreto alguno, porque él era un improvisador. Y para poder hacer su humor, necesitaba gente que pudiera seguirlo en sus locuras. Era un loco genial, y nunca sabías si te estaba hablando en serio o no". Ahí estuvo hasta 1989, para luego explotar su carácter en Mediomundo, otro éxito de sintonía, esta vez en Canal 13.
En todo ese recorrido, trabajó con algunos de los mayores referentes de la comedia y la actuación local. Julio Jung, su gran amigo, recuerda: "Estoy muy mal. Hablé con él anoche (miércoles) y hoy (ayer) en la mañana. El estaba mal hace tiempo, estaba esperando una operación porque le costaba mucho respirar, y los médicos le iban a poner una válvula. El era una figura, un tremendo personaje. Era un tipo con una creatividad enorme, fantástico, irrepetible. Tuvo una carrera espléndida".
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Uno de sus últimos trabajos en teatro fue la obra Cerca de Alaska, montada en Mori Parque Arauco. Por su parte, Fabrizio Copano, uno de los últimos en trabajar con él en la cinta Héroes: el asilo contra la opresión (2015), acota: "Un genio, un tipo brillante. La cantidad de anécdotas que tengo de él sólo de ese mes que trabajamos juntos es increíble. Es una tremenda pena que alguien tan divertido ya no esté dando vueltas. Incluso en Twitter era brillante. A su edad, su cerebro estaba intacto, era muy veloz para su humor".
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Finalmente, desde hace algunos meses, antiguos compañeros de elenco del actor organizaban un homenaje en vida para él, para el que ya tenían reservado el Teatro Oriente para este 26 de enero. En el evento inicialmente también estaba contemplada la presencia de Rillón. "Ya teníamos confirmados a los protagonistas de Mediomundo y del Jappening, de humoristas como Coco Legrand y también sumamos a gente que se vio influida por su humor, como los realizadores de Plan Z y comediantes de stand up como Fabrizio Copano y León Murillo", detalla el actor Julio Jung Duvauchelle, hijo de los también actores Julio Jung y María Elena Duvauchelle, quien señala que pretenden seguir adelante con el proyecto, ahora como un tributo póstumo y reclutando a aún más gente.