En precarias condiciones y víctima de una serie de enfermedades murió la mañana de ayer Anita Ekberg, quien fuera símbolo sexual y musa de Fellini. Conocida mundialmente por su protagónico en La dolce vita (1960) del mencionado realizador italiano, estaba internada desde navidad en la clínica San Raffaele di Rocca di Papa, en la zona de Castelli Romani, a unos 30 kilómetros al sur de Roma.
De acuerdo a declaraciones de su abogada, Patrizia Ubaldi, su deceso es consecuencia de complicaciones de una combinación de enfermedades de las que le fue imposible recuperarse.
La actriz, nacida en Suecia, vivía sola hace años en una casa ubicada en Genzano, una villa de la localidad romana de Montegiove, y desde 2011 estaba en silla de ruedas debido a una rotura de fémur producto de una caída.
El primer ministro sueco, Stefan Lofven, lamentó su fallecimiento y dijo que su trabajo "hizo a Suecia mundialmente famosa". La actriz Christina Schollin (Fanny y Alexander) la caracterizó como "una mujer colorida, divertida y resuelta" que "amaba ser una diva".
A pedido de la actriz, sus restos serán cremados y las cenizas llevadas al cementerio de su ciudad natal, Malmö.
Ekberg era la sexta de una familia de ocho hermanos. A los 19 años fue elegida Miss Suecia y viajó a Estados Unidos a participar en el Miss Mundo. Si bien no lo ganó, esta plataforma le abrió las puertas de Hollywood.
Su belleza le consiguió un contrato con Universal Pictures para participar con Henry Fonda y Audrey Hepburn, en Guerra y paz (1956). Fue en las grabaciones de esa película que conoció a Federico Fellini, quien le ofrecería el rol en La dolce vita que la lanzaría a la fama mundial.
La cinta, ganadora de la Palma de Oro en Cannes en 1960, fue condenada por el Vaticano y prohibida en España hasta 1975. Era la figura de Ekberg en la escena junto a Marcello Mastroianni en la Fontana di Trevi la causa del revuelo. "Me siento muy orgullosa de mis senos, como todas las mujeres deberían estarlo", dijo al respecto.
Tras su muerte, el Instituto de Cine Británico (BFI, por sus siglas en inglés) tuiteó una cita de la actriz donde -también en referencia a su trabajo en La dolce vita- decía: "fui yo quien hizo famoso a Fellini, no al revés".
Otro testimonio de su carácter son las fotos donde aparece, arco y flecha en mano, apuntando a los paparazzi en 1960.
La actriz que recibió un Globo de Oro como estrella emergente en 1956, tuvo romances con Frank Sinatra, Gary Cooper y el recientemente fallecido Rod Taylor.
Ekberg hizo carrera en el cine italiano con títulos como Boccaccio '70 (1962) y La esfinge de cristal (1967).
La última gran película en la que participó fue La entrevista (1987), otra de Fellini donde se interpretó a sí misma.
A la revista Entertaiment Weekly le dijo en 1999: "La belleza te ayuda a comenzar en el negocio, pero luego se vuelve un obstáculo".