Luego de permanecer varias semanas con un delicado estado de salud, ayer se confirmó la muerte de Arturo, el oso polar del zoológico de Mendoza, que había sido catalogado como el "más triste del mundo" por las condiciones de vida en las que permanecía en ese recinto trasandino.

El gobierno mendocino explicó que el animal "falleció por un desbalance hemodinámico, que desencadenó una descompensación multisistémica". Además indicaron que Arturo presentaba un cuadro clínico terminal y que estaba en un proceso de descompensación y deterioro marcado "irreversible".

En mayo pasado ya se había informado del estado de salud de Arturo, cuando se detectó una importante pérdida del apetito, disminución de su peso, visión y olfato.

Protagonista de una fallida campaña internacional, Arturo no logró ser trasladado hasta el Assiniboine Park Zoo de Canadá, para que permaneciera en un hábitat más cómodo para su especie, como buscaban grupos ambientalistas y animalistas.

Incluso la cantante Cher fue parte de la iniciativa y utilizó su cuenta de Twitter para enviar un mensaje a la presidenta de ese entonces, Cristina Fernández, para motivar su traslado al país del norte: "¿No lloras por él, Argentina?". Y agregó "¿No tiene lágrimas Cristina Fernández de Kirchner por el torturado oso polar Arturo? Sus manos quedarán manchadas con su sangre cuando él muera".

Se cree que en mayo de 2012, Arturo entró en una depresión profunda tras perder a su única compañera, la osa polar Pelusa. Desde ese momento no tuvo otro contacto con animales de su especie.