El 30 de marzo de 1981, a solo dos meses de haber asumido la Casa Blanca, Ronald Reagan dio un discurso en el Washington Hilton Hotel de la capital estadounidense. Era una tarde lluviosa y como era habitual, el presidente republicano estaba acompañado por su secretario de prensa, James Brady. Tras su alocución, Reagan abandonó el hotel y mientras caminaba de vuelta a su limusina, un desconocido apareció desde una multitud y disparó contra la comitiva.
John Hinckley descargó seis balas con su revólver Röhm RG-14 calibre 22. Su idea era llamar la atención de la joven actriz Jodie Foster, cuya figura lo obsesionaba desde que la vio por primera vez en Taxi Driver. Los disparos de Hinckley hirieron al propio Reagan, a un policía y a un agente del Servicio Secreto. Sin embargo, el que se llevó la peor parte fue Brady, ya que recibió una bala en su cabeza.
Brady, quien falleció ayer a los 73 años tras varios problemas de salud, sufrió secuelas de por vida tras el atentado contra el presidente. De hecho, si bien mantuvo su cargo hasta el final de la era Reagan (1981-1989), no pudo ejercerlo debido a una parálisis parcial. Brady, que tenía 40 años al momento del ataque, logró una recuperación casi milagrosa y dejó el hospital en noviembre de ese año. Reagan, por su parte, fue dado de alta 12 días después. Tras largas sesiones de terapia recuperó el habla y algo de vitalidad, pero quedó paralizado y en silla de ruedas.
Entonces, dedicó parte importante de sus esfuerzos para presionar por la aprobación de un proyecto de ley para ampliar la verificación de antecedentes policiales antes de que un posible comprador pudiese adquirir un arma de fuego.
Doce años después, la campaña de Brady y su esposa Sarah rindió frutos. La ley fue promulgada en 1993 por Bill Clinton y lleva su nombre. También la sala de prensa de la Casa Blanca fue bautizada con el nombre de James Brady durante la gestión de Clinton. "A pesar de sus lesiones y el dolor que tuvo que soportar todos los días, utilizó su humor, ingenio y encanto para traer sonrisas a los demás y hacer del mundo un lugar mejor", dijo su familia a través de un comunicado. Además, sus cercanos destacaron que Brady siempre superó la adversidad.
La idea original del ex secretario de prensa por aumentar los controles de venta de armas era que la nueva ley estableciera un período de espera obligatorio de cinco días para la compra de pistolas y también controles de antecedentes de los potenciales compradores. Según consignó la agencia Reuters, el período de espera caducó en 1998 y fue reemplazado por un control de antecedentes criminales.
La organización para el control de armas liderada por Brady aseguró que la venta de dos millones de armas a criminales, abusadores domésticos y otras personas peligrosas ha sido bloqueada gracias a la ley que lleva su nombre.
"Jim era la personificación de valor y perseverancia", señaló ayer Nancy Reagan, viuda del ex presidente norteamericano.