Histórico

Muere espía soviético que trabajó para la CIA e inspiró películas con su historia

Yuri Nosenko, quien desertó en 1964, entregó a EE.UU. valiosa información, especialmente sobre el asesino de John F. Kennedy, Lee Harvey Oswald.<br />

Una fría noche de 1962, Yuri Nosenko, uno de los mejores espías de la Unión Soviética, se encontraba en la ciudad suiza de Ginebra, donde se enganchó con una prostituta y más de una botella de vodka. El agente soviético se quedó entonces sin dinero y no halló nada mejor que pedirle US$ 200 a unos funcionarios de inteligencia estadounidense para reponer el dinero sacado de los fondos del KGB. A partir de ese día, Nosenko entabló contacto con la CIA y poco después desertó, transformándose así en uno de los hombres clave de la Guerra Fría.

"Nosenko estuvo en el centro de los episodios más dramáticos de la Guerra Fría", señaló el diario The New York Times, que ayer informó del deceso del espía, fallecido el miércoles a los 81 años. Tan importante fue la labor de Nosenko, que el mes pasado altos funcionarios de la CIA lo visitaron para entregarle una bandera de Estados Unidos y una carta de Michael Hayden, director de la agencia de inteligencia, quien le pidió disculpas por el trato que recibió después de que desertó en 1964.

Precisamente tras su deserción, Nosenko entregó la primera información de que Lee Harvey Oswald, quien asesinó a John F. Kennedy en 1963, nunca fue un espía soviético. Según The Washington Post, Nosenko entrevistó personalmente a Oswald y lo investigó durante el tiempo que vivió en la URSS, entre 1959 y 1962. Sin embargo, dentro de la CIA hubo quienes no le creyeron. De esta manera, se comenzó a sospechar que Nosenko era en realidad un doble agente enviado por Moscú para confundir a Washington respecto al rol de Oswald.

"NO TENGO AIRE FRESCO"
Nosenko fue entonces confinado en una celda donde permaneció tres años, bajo un duro régimen y fue víctima de torturas. "No he tenido contacto con nadie. No puedo leer. No puedo fumar. Incluso no tengo ni aire fresco", se quejó en ese entonces, según un archivo desclasificado en 2001. Recién en 1967 y después de pasar numerosas pruebas, la CIA lo dejó en libertad.  Dos años más tarde comenzó a ser considerado como un legítimo desertor. Desde ese momento, el espía protagonizó arriesgadas acciones y entregó información vital, como el hecho de que agentes soviéticos habían penetrado las embajadas de EE.UU. en Europa y la existencia de 52 micrófonos rusos en la sede diplomática de Washington en Moscú.

Nacido en Ucrania, Nosenko perteneció a una influyente familia. Su padre fue un ingeniero naval que llegó a ser ministro de Nikita Kruschev. Nosenko sirvió tres años en la inteligencia naval soviética y luego se unió al KGB, especializándose en el seguimiento a espías estadounidenses en la Unión Soviética.

De acuerdo con el Post, Nosenko pasó los últimos años de su vida indignado con cada nuevo libro que ha puesto en duda su deserción. Incluso, en una ocasión telefoneó a James Angleton, el agente de contrainteligencia que ordenó su arresto en 1964, para encararlo por última vez. "No tengo nada más que decirle", le señaló Angleton. "Yo no tengo nada más que decirle a usted", respondió Nosenko, más enojado que nunca.

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

¿Vas a seguir leyendo a medias?

Todo el contenido, sin restriccionesNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE