A fines del año pasado, el plan de Pilar Donoso era volver a Calaceite. Quería regresar a ese pueblo en España donde pasó su primera niñez, a inicios de los 70, y ponerse a escribir. Quería escribir cuentos. Ficción. Ya había tenido suficiente con la verdad. Después de un trabajo de siete años, en 2009 la hija de José Donoso publicó Correr el tupido velo, una reveladora biografía de su padre hilada por sus diarios privados. Un ejercicio de brutal honestidad en que el autor de Coronación aparece como un hombre paranoico, inseguro y ególatra. Elogiado desde Mario Vargas Llosa para abajo, el libro desató una crisis en Pilar que la llevó a separarse y replantearse toda su vida.

No se fue a Calaceite. Se quedó en Santiago. En 2011 se fue a vivir sola a un departamento de Providencia. Correr el tupido velo ganó el Premio Altazor. Ella entró en una clínica para tratarse una depresión. Dos veces intentó quitarse la vida. El martes habría podido hacerlo. A los 44 años, Pilar Donoso falleció, aparentemente, a raíz de una sobredosis de medicamentos.

Según informó la Policía de Investigaciones, fue la hija mayor de la escritora quien encontró a su madre: estaba en su pieza, encerrada con llave. Pasadas las 23 horas del martes se confirmó su muerte. Ayer, el cuerpo de Pilar estuvo en el Servicio Médico Legal, para luego ser trasladado a Zapallar, donde su familia dispuso su funeral. Ahí será enterrada hoy junto a sus padres.

a muerte de la hija del autor de El obsceno pájaro de la noche se conoció públicamente ayer, impactando a la comunidad literaria: el abrumador testimonio que Pilar había entregado en Correr el tupido velo la había instalado como un escritora sobresaliente y, sobre todo, como una sobreviviente del infierno puertas adentro de los Donoso.

Detrás del velo

Nacida en 1967 en España, a los tres meses fue adoptada en Madrid por Donoso y su esposa, María Pilar. Pilarcita, como la llamó siempre su padre, creció en diferentes ciudades de España, en medio del estallido del Boom Latinoamericano, con tíos adoptivos como Vargas Llosa, Jorge Edwards y Mauricio Wacquez. A inicios de los 80 llegó a Chile.

Aunque a los 18 años empezó a llevar las finanzas de la familia, Pilar no terminó ninguna carrera universitaria y, después de casarse a los 19 años con su primo Cristóbal Donoso, se dedicó a su familia. Tuvo tres hijos. Antes que su padre muriera en 1996, asumió el desafío de escribir y lo entrevistó varias veces. El papá contó otra vida: una mejor.

Pilar lo supo cuando se enfrentó a los diarios del escritor, hoy en las universidades de Princeton y Iowa. "Dentro suyo había un monstruo que lo torturaba", aseguró la hija después de trabajar alrededor de siete años con esos reveladores documentos: ahí Donoso no sólo cuenta sus tormentos creativos y sus celos profesionales, también aborda la relación de amor y odio con su esposa (una "vieja borracha" que necesita), su homosexualidad y la inquietante visión que tiene de su hija.

"Eternamente limitada de mente", anota Donoso sobre Pilar y a la página siguiente dice que es "el ser que más he amado en toda mi vida". Ella escribe en Correr el tupido velo: "Me he visto enfrentada con la palabra que mi padre plasmó en sus diarios; tuve que reestructurarme una y mil veces frente a lo allí escrito, ante el desconcierto, el dolor, el amor, el miedo, el odio".

En el proceso de Correr el tupido velo, Pilar lo abandonó varias veces. Por fin, a fines de 2009 lo publicó. Se inicia con las notas para una novela, que Donoso anotó en su diario, en abril de 1993: una mujer se suicida tras leer los diarios de su padre y conocer sus secretos. "Al parecer he logrado zafarme del fatal destino que él me asignó en su diario. Aunque nadie sabe si realmente es personaje y ese designo es insalvable", escribió Pilar.

Inmediatamente valorado por la comunidad literaria, Correr el tupido velo mostró los engranajes de una familia que en secreto vive enfrentando paranoias, odios, alcoholismo y depresiones. Según Pilar contó en una entrevista, en el proceso de escribirlo "perdí a mi esposo y mis hijos se fueron". Ya en la calle, el libro cayó mal a buena parte de la familia Donoso y se lo hicieron saber. Paralelamente, su valentía y talento literario eran destacados en Hispanoamérica. A mediados de 2010 buscó en España el nombre de sus verdaderos padres: no existían. No pudo iniciar un proyecto literario. La depresión, que había sufrido antes del libro, volvió con fuerza. "La sinceridad es una arma de doble filo", le dijo a La Tercera en abril pasado.