1949 es el año del quiebre en la vida de Doris Lessing. Entonces se separó de su segundo marido, tomó al menor de sus hijos y dejó Rodesia (actual Zimbabwe) para partir a Inglaterra a comenzar su carrera de escritora. Esas decisiones la marcarían hasta la muerte. Doris Lessing murió ayer en la misma casa del norte de Londres donde vivió más de medio siglo junto a su hijo inválido. Tenía 94 años y nunca dejó de escribir.
Lessing deja un gran legado de más de 50 publicaciones de ensayos, poesía y una amplia narrativa en la que exploró distintos géneros, incluso la ciencia ficción. Pero más que por numerosa, su obra pesa por su influyente mirada a conflictos políticos, ideológicos y existenciales del siglo XX. Y si hay un título suyo particularmente influyente, este es El cuaderno dorado (1962), que la consolidó internacionalmente y la situó al nivel de Simone de Beauvoir al convertirse en texto clave del feminismo (ver columna).
"Narradora épica de la experiencia femenina, que con escepticismo, ardor y poder visionario ha sometido a escrutinio a una civilización dividida", dijo el jurado que le entregó el Premio Nobel el 2007, tras 40 años sonando como candidata para ganarlo. Obviamente, no fue su único premio. Entre los que recibió está el Príncipe de Asturias 2001. Y entre los que rechazó, el de dama del imperio británico. ¿Por qué? "No hay ningún imperio", dijo.
De opiniones y decisiones a veces polémicas, Lessing nació el 22 de octubre de 1919 en Persia, actual Irán. Su padre era un ex militar herido en la 1ª Guerra Mundial que llegó a trabajar en el Banco Imperial. Cuando Doris tenía tres años, partieron a Rodesia. Ahí leyó un suministro constante de libros que su madre compraba por catálogo y estudió en un colegio de monjas hasta que lo abandonó a los 14 años.
Trabajó, se casó a los 19 años, tuvo dos hijos, se separó, y en 1945 se volvió a casar con un judío-alemán que conoció en un grupo literario marxista. Fue entonces cuando Doris May Tayler tomó el apellido de su marido y pasó a llamarse Doris Lessing. Y en 1949 abandonó esa vida, a los hijos de su primer matrimonio y se fue a Londres. "Tuve que partir, porque no habría sobrevivido a esa vida. No se puede sobrevivir a una vida que se odia sin volverse loca o alcohólica. No tenía alternativa. Yo no podía llevar conmigo a mis hijos, porque no tenía dinero".
Al año siguiente apareció Canta la hierba (1950), su primera novela sobre las injusticias de la segregación racial retratadas a partir de la relación entre una británica blanca y un trabajador africano. Los años cincuenta fueron un período de estrechez económica y de militancia comunista. Hasta que en 1956 abandonó decepcionada el partido. Por entonces se ganó el rechazo oficial de Sudáfrica y Rodesia, que la declararon persona non grata.
Pero no sólo escribió de racismo, desigualdad y la naturaleza femenina. Lessing estaba interesada en explorar los límites de la conciencia y las contradicciones humanas y lo hizo con su estilo, torrencial, de tintes autobiográficos en textos como El quinto hijo (1988) y La buena terrorista (1985).
"Doris Lessing es una maestra indiscutible en la creación de personajes dotados de una impactante densidad que sorprenden y cautivan. En realidad, la autora no puede ser pensada sólo desde la categoría de lo femenino como un atributo de orden trascendente. Lo central en Lessing es su audacia y su pericia literaria, su trabajo con las paradojas y una forma de distancia que le permitió internarse en territorios intensos", opina Diamela Eltit.
Su último libro publicado es Made in England (2008), memorias que vinieron a completar dos títulos autobiográficos: Dentro de mí (1994) y Un paseo por la sombra (1997).