Harry Patch, el último sobreviviente británico de la Primera Guerra Mundial que luchó en el campo de batalla, murió a los 111 años, informó el sábado el hogar para ancianos donde residía.

El primer ministro Gordon Brown dijo que el país lloraba "la partida de un gran hombre", en tanto el príncipe Carlos sostuvo que "nada me enorgullece más" que rendir homenaje a Patch.

Patch era uno de los últimos soldados británicos sobrevivientes de la guerra de 1914-1918. Hace una semana falleció otro, el ex aviador Henry Allingham, a los 113 años de edad. Aunque aún viven otros soldados que estuvieron en la Gran Guerra, Patch fue él último inglés que luchó en las terribles trincheras.

VIDA TRANQUILA
Nacido en 1989, Patch era miembro la Infantería Ligera del Duque de Cornualles y fue herido en una de las batallas más sangrientas de la guerra, en Passchendaele, cerca de Ypres, Bélgica.

El veterano era un hombre sencillo. Se formó como fontanero, trabajo que desempeñó hasta su jubilación en 1963. Durante gran parte de su vida, Patch calificó la guerra de "crimen organizado".

A los 105 años, regresó a Flandes, dónde peleó en la guerra, y se encontró con el veterano alemán Charles Kuentz. Vivió en tres siglos bajo seis reyes británicos diferentes. 

Se casó, tuvo hijos y nunca habló de sus experiencias hasta entrado el siglo XXI. Sobrevivió a tres esposas y sus dos hijos.

El funeral se realizará en la catedral de Wells, dijo el ministerio de la Defensa, sin anunciar la fecha.

Con la muerte de Patch y de Allingham, el último sobreviviente de la Gran Guerra es Claude Choules de 108, quien sirvió como marinero en el conflicto, pero que nunca entro en combate. Actualmente vive en Australia.