Veinticinco personas, entre ellas cuatro civiles, murieron en los últimos estallidos de violencia en Afganistán, según informó hoy el ministerio del Interior afgano.
Dos civiles fallecieron en una serie de ataques con bomba en una carretera del distrito de Gerishk, en la provincia sureña de Helmand, según aseguró el jefe de policía provincial, Assadullah Sherzad.
Uno de los artefactos, escondido en una motocicleta, fue detonado por control remoto cuando un policía pasaba por la zona. "Otros seis civiles resultaron heridos en el ataque, aunque las fuerzas policiales salieron ilesas", añadió Shrzad.
Además, la policía halló los cuerpos acribillados de una pareja de médicos que ejercía su profesión en el distrito de Bakwa, en la provincia de Farah, en el oeste del país. El matrimonio, formado por una iraní y su marido afgano, había sido secuestrado en la noche del sábado.
21 TALIBANES MUERTOS
En la misma región, un portavoz del Ejército comunicó que las tropas afganas, junto con efectivos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), abatieron a 21 insurgentes en tres enfrentamientos separados en Farah y la provincia vecina de Badghis, en la noche del sábado.
Entre los muertos se encontraban dos comandantes talibanes locales, aunque también hubo bajas en las fuerzas combinadas, señaló el portavoz Abdul Basir Ghori.
El ministro del Interior aseguró que las fuerzas afganas y de la OTAN estarán en mejores condiciones cuando se incorporen los 20.000 soldados adicionales estadounidenses, antes de que se celebren los comicios de agosto.
Actualmente más de 70.000 soldados internacionales de 42 naciones están estacionados en Afganistán.