Brasil en shock. A una semana del inicio oficial de la campaña electoral, la trágica muerte del candidato socialista Eduardo Campos ayer, en un accidente aéreo en Santos, no sólo terminó con los sueños del político opositor que aspiraba a convertirse en el líder de una tercera vía política en el país, sino que introdujo una fuerte cuota de incertidumbre en el tablero político local, a menos de dos meses de los comicios presidenciales del 5 de octubre, en los que la actual mandataria, Dilma Rousseff, buscará la reelección.

Imágenes de televisión mostraron edificios destrozados y humeantes en el barrio residencial de Boqueirão, en la región central de Santos, donde ocurrió el accidente, a las 10 de la mañana. El Cessna 560XL Citation del candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB) había despegado cerca de las 9.30 desde el aeropuerto Santos Dumont de Río de Janeiro, con destino al puerto de Guarujá, ciudad vecina de Santos. Campos se dirigía al estado de Sao Paulo para realizar grabaciones televisivas de la campaña, que comienza oficialmente el próximo martes.

Junto a Campos, quien había cumplido 49 años el domingo, también murieron otras seis personas que viajaban en la avioneta. Las otras víctimas fueron su asesor político, su vocero, su fotógrafo y su camarógrafo, además del piloto y copiloto. Campos falleció justo el día del noveno aniversario de la muerte de su abuelo y padrino político, el histórico líder izquierdista y ex gobernador de Pernambuco Miguel Arraes.

Según la prensa local, el piloto de la aeronave había notificado que tenía poca visibilidad para aterrizar en Guarujá. Autoridades aeronáuticas informaron que el mal clima impidió que el piloto llegara a destino. El Cessna había presentado problemas durante un despegue en la sureña ciudad de Londrina, el 16 de junio, aseguró el diario Folha de Sao Paulo.

Ese mismo medio informó que la ex senadora Marina Silva, candidata a vicepresidenta en la fórmula de Campos, también iba a embarcar en el jet siniestrado. Sin embargo, a último momento cambió de idea y decidió tomar un avión comercial junto a sus asesores. Visiblemente emocionada, la popular ambientalista de 56 años dijo que "esta es una tragedia que nos impone una profunda tristeza".

A raíz del accidente, Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), canceló toda su agenda, así como su principal rival en octubre, Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (Psdb). La mandataria, además, decretó luto por tres días.

Según la cadena O Globo, la muerte de Campos "cambia radicalmente el panorama de las elecciones más calientes y controvertidas en más de una década". De hecho, el índice referencial de la Bolsa de Valores de Sao Paulo, Bovespa, cerró ayer con una baja del 1,53% debido a la incertidumbre que generó la noticia en el escenario electoral.

Silva no indicó si será la candidata presidencial que sustituya a Campos, y tampoco lo hizo nadie del PSB, partido que ahora tiene 10 días para designar a un sustituto para el candidato o para anunciar su salida de la disputa.

Pero a pesar de la discreción de la ex senadora, en los corredores políticos ya se especulaba ayer con su posible candidatura presidencial y la eventual proyección que ésta tendría. "Probablemente será candidata, a pesar de que no hay ninguna afinidad entre su pensamiento y el del PSB", dijo a La Tercera el analista Luis Nassif.

"Marina es más conocida. Y el impacto sicológico de la muerte de Campos deberá ayudarla. Está más fuerte la posibilidad de una segunda vuelta", vaticina Nassif. Silva obtuvo poco menos de 20 millones de votos cuando disputó la presidencia en 2010. Si su aprobación popular continúa intacta, Marina podría recoger algunos puntos de respaldo más que su fallecido compañero -que en la última encuesta Ibope, del 22 de julio, registró un 8% de apoyo- contra el 38% de Rousseff y el 22% de Neves. "En todas las encuestas donde fue medida Marina apareció con mucha más intención de voto que Eduardo", recordó Ricardo Noblat, analista de O Globo.