Ferguson es una pequeña ciudad perteneciente al condado de St. Louis, en el estado de Missouri, en el Medio Oeste de Estados Unidos. Su población apenas sobrepasa las 21 mil personas, posee una superficie de 16 kilómetros cuadrados y el 68% de sus habitantes es afroamericano, mientras que el 29% es blanco. Ferguson estaba lejos de ocupar titulares en los periódicos estatales y mucho menos a nivel nacional. Pero todo cambió el sábado pasado.

Ese día, Michael  Brown, de 18 años, había ido a visitar a su abuela cuando se vio envuelto en un suceso que hasta ahora no ha sido aclarado. La primera versión, según testigos, sostiene que un policía le disparó a Brown, dándole muerte, pese a que el joven no iba armado e incluso se detuvo con las manos en alto cuando el agente se lo ordenó. La versión de la policía señala que Brown fue abatido por el agente después de que intentó agredirlo y robarle su arma.

La muerte de Brown ha generado cinco noches de violentas protestas y saqueos en la ciudad. "¿Es Gaza o Ferguson?", se han llegado a preguntar algunos medios estadounidenses, debido al fuerte despliegue policial para intentar contener los disturbios, que han dejado heridos y provocado 47 arrestos.

Según la agencia France Presse, las tensiones en Ferguson han reavivado el fantasma del racismo en Estados Unidos. Tanto así, que el propio Presidente Barack Obama interrumpió ayer sus vacaciones para referirse al caso de Brown e intentar calmar las aguas. Eso sí, criticó el "uso excesivo de la fuerza policial". "Nuestro propósito ahora es que se mantenga la seguridad ciudadana sin que ello infrinja el derecho de los ciudadanos a expresarse", dijo.

Los manifestantes han criticado el hecho de que los policías los han reprimido con gases lacrimógenos y bombas de ruido, pero también porque la policía no ha sido supuestamente transparente en su entrega de información sobre la muerte de Brown. El grupo informático Anonymous divulgó el nombre del policía, pero las autoridades lo desmintieron. El jefe de la policía de la ciudad, Tom Jackson, sólo ha dicho que el  oficial responsable de los disparos había sido herido en la cara, sin dar más  detalles. A su vez, otro alto jefe policial, Jon Belmar, indicó que sus agentes han respondido con "una moderación increíble" ante los ataques con piedras, botellas y armas de fuego y la destrucción de una veintena de patrulleros.

Missouri es uno de los estados con mayor nivel de racismo en Estados Unidos. En internet está repleto de foros que intentan explicar por qué este lugar es uno de los más racistas, con ejemplos de malos tratos cotidianos entre sus ciudadanos.

El caso de Brown ocurre después de la muerte de Trayvon Martin en 2012, otro caso que provocó la ira de la comunidad negra. El 26 de febrero de ese año, Martin, de 17 años, caminaba desarmado por el condominio donde vivía su padre, en el estado de Florida, cuando el  guardia George Zimmerman lo consideró "sospechoso", lo persiguió y, tras una pelea entre ambos, le disparó. El jurado consideró que Zimmerman actuó en legítima defensa. En su momento, Obama dijo que él pudo ser el joven asesinado.

La muerte de Michael Brown es "de nuevo la muerte absurda de una persona de color", ha dicho el abogado de la familia, Benjamin Crump, haciendo referencia precisamente al caso de Trayvon Martin.

La situación en Ferguson es de alta tensión. Los periodistas Wesley Lowery, de The Washington Post, y Ryan J. Reilly, del Huffington Post, fueron detenidos en un local de comida rápida donde trabajaban con otros reporteros cuando la policía ordenó que abandonaran el lugar porque no podían garantizar su seguridad. Luego, fueron liberados.

A su vez, según consigna la agencia EFE, el grupo de legisladores afroamericanos del Congreso pidió al Departamento de Justicia que investigue exhaustivamente la muerte de Brown. La líder del grupo, Martha Fudge, afirmó que "ha habido pruebas de discriminación racial (en St. Louis) en el pasado reciente".