El médico de Michael Jackson, Conrad Murray fue declarado culpable con el cargo de homicidio involuntario por la muerte de Jackson, el 25 de junio de 2009, tras recibir una dosis letal de propofol. El médico arriesga cuatro años de cárcel, y con esta decisión, pierde su licencia de medicina.
Tras menos de dos días de deliberación, el grupo de siete hombres y cinco mujeres señaló que Murray es culpable de homicidio involuntario.
El jueves se cerró la presentación de los casos de la fiscalía y la defensa, y a partir del viernes el jurado comenzó con su deliberación.
Según el sitio web de Los Angeles Times, el abogado del médico cerró su caso señalando que si Jackson no hubiese sido una celebridad, la controversia respecto a su muerte no habría existido.
La fiscalía, en tanto, acusó a la defensa de utilizar "ciencia basura" para defender a su cliente.
REACCIONES
Al anunciarse la decisión judicial, fuera del edificio, los fans del músico celebraron la sentencia. "¡Culpable! ¡Culpable!", gritaban por altoparlantes. Muchos de los reunidos se abrazaron con lágrimas en los ojos. "Por fin se hizo justicia para Michael" o "Colóquenle esposas al mentiroso", decían algunos de los carteles.
Los padres del cantante y algunos de sus hermanos concurrieron casi todos los días a la corte. Este lunes, se mostraron serenos ante el anuncio. No sonrieron, no gritaron, no lloraron.
Murray, a quien se veía evidentemente exhausto, estuvo acompañado por sus abogados, que no lograron que su cliente fuese dejado en libertado bajo fianza hasta que sea anunciada la sentencia, en tres semanas.
El juez Michael Pastor rechazó el pedido. "Es un hecho que concluyó con la muerte de una persona. No puedo responsabilizarme de una puesta en libertad", observó. Inmediatamente después de que fueran pronunciadas estas palabras, Murray fue esposado por oficiales presentes.