Los muertos por las inundaciones y deslizamientos de tierra que arrasaron la ciudad colombiana de Mocoa subieron a 301, informó el miércoles el Gobierno, que continúa con sus esfuerzos para atender a los miles de damnificados por la peor tragedia natural en la historia reciente del país.
El desastre ocurrió el fin de semana después de que intensas lluvias provocaron la crecida de tres ríos que se salieron de cauce, destruyendo decenas de viviendas, puentes y arrastrando vehículos a su paso en la ciudad del suroeste de Colombia.
Rocas gigantes y troncos de árboles continúan en las calles junto a edificaciones derrumbadas y vehículos aplastados o enterrados en el lodo.
Más de 2.000 personas permanecen en siete albergues, mientras que aviones de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional continúan llevando agua potable, comida, medicinas y otra ayuda para los damnificados.
El servicio de electricidad se ha restablecido lentamente con plantas de energía de diesel, mientras que camiones cisternas abastecen de agua potable a la población de 100.000 habitantes, cercana a la frontera con Ecuador y Perú, en medio de la selva amazónica.
El Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien lidera el proyecto de reconstrucción de la localidad, dijo que las obras que se ejecutarán serán la construcción de viviendas nuevas para los damnificados y la recuperación del cauce de los ríos.