Fue a fines de la década del 30 cuando Roberto Matta (1911 - 2002) comenzó a pintar sus primeros cuadros surrealistas. Llevaba ya tiempo dibujando, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial y su reciente llegada a Nueva York, huyendo del conflicto en Europa junto a Duchamp y Tanguy, lo hicieron entrar en un nuevo flujo creativo. Instalado en la ciudad que se erigía como nuevo polo cultural, fue por esos días que el artista pintó El día es un atentado (1942), obra expuesta a partir de hoy en el Centro Cultural El Tranque de Lo Barnechea y que da cuenta de sus primeras indagaciones con el mundo onírico.
"Influenciado por el negro duchampiano y sus prácticas de la luz negra, esta obra con que arranca la exposición es un claro exponente de sus exploraciones y revelaciones en el período", explica Inés Ortega-Márquez, curadora de la muestra Universo Matta. "Sus signos representan virulencia y accidentalidad", agrega.
Con 25 obras de gran valor artístico que provienen de colecciones privadas y otras que son prestaciones del Museo de Bellas Artes, de Arte Contemporáneo (MAC) y de Artes Visuales (MAVI), la exposición abarca 50 años de trayectoria del pintor chileno.
El recorrido parte por esta primera etapa que la curadora llama Germinación, donde el artista comienza a crear nuevas imágenes, figuras inexistentes en el mundo real, la mayoría de ellas biomórficas. "También indaga en la generación de espacios, busca representar el movimiento y lo ilimitado del cosmos, algo muy novedoso para lo que era el arte de la época. Esta etapa es para Matta el inicio de la reflexión", explica Ortega.
Marcado por las consecuencias de la guerra, este periodo de abstracción duró casi una década, cuando el artista realizó un insólito cambio de lenguaje, pasando de la pintura libre y colorista a la figuración, para crear conciencia sobre la violencia y la inequidad social. Piezas de esta etapa, que muestran su mayor compromiso político y humanista -llamada por la experta Maduración-, donde el impacto de los horrores descubiertos en los campos de concentración lo conducen a denunciar al hombre como víctima y victimario, también forman parte de la muestra.
Es en este período cuando Matta desarrolla una sensibilidad e interés creativo por el continente que se expresa fundamentalmente en la exposición con la obra Nacimiento de América (1952) que, según la curadora, "sintetiza la expresión visual de las preocupaciones habituales de la región: los orígenes, las raíces y el suelo natal, en una explosión de luz de gran variación y fuerza cromática en la que flotan elementos biomórficos que simbolizan una naturaleza exuberante".
La retrospectiva incluye además dos obras más tardías, realizadas en Italia, como Arpinacolo (1980) y Eros enfant (1985), en un esfuerzo por realizar un amplio repaso de los mejores años de su expresión artística. "Se trata de una exposición de gabinete que permite pararse a contemplar piezas que en sí solas representan un período. Creo que junto a la presentada el año pasado en Centro Cultural Matta de Buenos Aires, aporta una mirada muy particularizada sobre el gran patrimonio que Chile posee de Matta tanto en colecciones públicas como privadas", cuenta la curadora, que también estuvo a cargo de la exposición Matta Centenario: 11-11-11 en el Centro Cultural Palacio La Moneda.
Nuevo centro
La muestra rescata parte de Matta: Este lado del mundo presentada en 2016 en Argentina y constituye un hecho inédito para un espacio municipal como el nuevo Centro El Tranque, inaugurado en 2016. Según destaca el alcalde de la comuna, Felipe Guevara, las instalaciones de la sala cumplen con los más altos estándares de calidad para este tipo de muestras. Entre otras medidas, se instalaron filtros UV en las puertas de acceso y en los equipos de iluminación. Además se tomaron resguardos para asegurar el hermetismo de la sala y así evitar las oscilaciones térmicas. Universo Matta estará abierta hasta el 3 de diciembre.