Tarshema Brice difícilmente se encuentra entre los falsificadores de élite del mundo, pero con la ayuda de la tecnología moderna de consumo, desarrolló un sistema riguroso para la elaboración de dólares falsos.

La estilista y conserje de 34 años de edad, tomó billetes de US$5 con una marca de agua específica y los puso en remojo con desengrasante "Purple Power". A continuación, frotó la tinta con un cepillo de dientes. Después de secar los billetes, ahora en blanco, con un secador de pelo, los impregnó a través de una impresora de chorro de tinta Hewlett-Packard Co. 3 en 1, y los estampo con imágenes escaneadas de billetes de US$50 o US$100.

Las falsificaciones parecían y se sentían reales, y podrían pasar cualquier prueba rudimentaria de un vendedor al por menor.

Brice, quien se declaró culpable de falsificación el mes pasado en la corte federal, admite que ella produjo entre US$10.000 y US$20.000 en billetes falsos durante dos años, antes de que su estafa fuera desentrañada en septiembre.

La residente de Richmond, Virginia, "estaba criando seis hijos por su cuenta con un ingreso modesto y estaba cubriendo las diferencias haciendo dinero falso", justificó su abogado, Charles E. James Jr., de Williams Mullen.

La estafa de Brice es emblemática del giro moderno en un crimen tan antiguo como el dinero mismo: La tecnología digital ha revolucionado el oficio de falsificación. No hace mucho tiempo, producir buenas falsificaciones era el trabajo de artesanos quienes grabaron las planchas de impresión y produjeron millones de dólares en billetes falsos en las imprentas offset. Hoy en día, todo lo que se necesita es un escáner, una impresora a color y, para obtener mejores resultados, algunos billetes pequeños y un limpiador doméstico.


Imprentas obsoletas

"En el pasado, hubo un importante desembolso de fondos para producir un billete falso", dijo Ed Lowery, agente a cargo de la división criminal del Servicio Secreto.

"Había que comprar un montón de papel de calidad, la tinta, la imprenta. No se imprimían unos miles a la vez, se imprimían hasta cuatro o cinco millones de dólares. Se tenía una red de distribución", enfatizó.

Ahora, "¿por qué imprimir un par de millones de dólares en falso? Dependiendo de la tecnología que se esté utilizando, uno podría imprimir solo un poco para salir el viernes por la noche ", dijo.

Las estadísticas ponen de relieve el crecimiento: en 1995, menos del 1% de los billetes falsos se produjeron en las impresoras digitales. En el último año fiscal, casi el 60% de los US$88,7 millones en moneda falsa recuperada en los EE.UU. fueron creados usando las impresoras de chorro de tinta o láser, según el Servicio Secreto.

Billetes rediseñados

Los nuevos diseños de US$20, US$50, US$10, y US$5 fueron introducidos entre 2003 y 2008. Un elegante US$100 –el billete falsificado con mayor frecuencia, de acuerdo con el Servicio Secreto- ingresó en circulación en octubre, después de un retraso de casi 2 años y medio debido a problemas de producción.

El nuevo billete de US$100 incluye dos nuevas características de seguridad: una cinta azul de seguridad 3-D y una campana que cambia de color en un tintero. Estas características están "destinadas a impedir el aumento de la falsificación de moneda, utilizando la tecnología de reproducción digital", testificó Larry R. Félix, director de la Oficina de Grabado e Impresión.

Los fabricantes de impresoras y escáneres, en colaboración con los bancos centrales y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley en todo el mundo, también han tomado medidas para luchar contra los falsificadores, creando un software que puede detectar y bloquear el escaneo de billetes.

"HP trabaja con las autoridades policiales, la industria, los bancos centrales y agencias gubernamentales de todo el mundo para reducir el riesgo de las actividades de falsificación", dijo Michael Thacker, director de relaciones con los medios de HP.

Se negó a ser más específico "debido a los riesgos potenciales de seguridad, HP tiene la obligación de mantener los detalles de sus actividades de manera confidencial", argumentó Thacker.