La mañana del 22 de octubre de 2013 quedó al descubierto uno de los crímenes más impactantes de los últimos años. Un transeúnte, que caminaba en las cercanías del penal Santiago 1, notó una pequeña fogata en un paso bajo nivel. Al acercarse se dio cuenta de que la combustión provenía de los restos de una persona. El testigo rápidamente dio aviso a las autoridades y a bomberos. Posteriormente,  se identificó a la víctima: Marta Peña Zamorano, 31 años.

Un informe del Servicio Médico Legal (SML) determinó que el autor del homicidio “tenía conocimiento de animales cuadrúpedos”, dado que la víctima descuartizada. Los restos de la mujer estaban en un contenedor y habían sido trasladados en un carro de supermercado. Dentro de este móvil había sangre de dos personas. Una correspondía a Marta Peña. La segunda aún se mantiene en la incógnita.

A pocas semanas que se cumplan dos años desde que se registrara este hecho, la investigación que lleva adelante la fiscal Ximena Chong, de la Fiscalía Centro Norte, y la Brigada de Homicidios (BH) de la PDI, identificó al primer sospechoso: se trata de un cuidador de vehículos del barrio Franklin, con antecedentes penales por amenazas, quien vive con su madre y que tendría un tipo de capacidad intelectual limitada.

Fuentes del caso indicaron que llegaron a este hombre porque desde el carro de supermercado (que fue robado en 2009) se logró levantar una huella dactilar. A través de un trabajo en conjunto con Registro Civil, lograron determinar que ese rastro correspondía al sospechoso, que tiene 42 años.

Los investigadores tomaron declaración a esta persona en calidad de imputado, pero no lograron obtener información coherente debido a su estado mental. Por este motivo, se pedirá al SML que le haga una pericia que determine la real patología que tendría este hombre.

Además, de manera discreta, se le realizarán seguimientos para detectar con que personas se relaciona.

Esta no es la única diligencia que ha realizado Chong y la BH en esta indagatoria. En septiembre pasado un informante indicó que había visto a Marta Peña retenida en una casa comunitaria de extranjeros, en el casco histórico de Santiago, poco antes que fuera asesinada.

Este lugar, aunque fue desalojado a comienzos del año pasado, los detectives acudieron de todas formas a buscar perfiles genéticos. No obstante, ninguno de estos coincidían con el de Marta Peña. La persona que reveló esta información quedó con protección policial.