Que hombres y mujeres son distintos, no hay duda. Pero existe poca evidencia científica de cómo operan estas diferencias a la hora de relacionarse con los salarios.
Para subsanar esta carencia, el académico e investigador Ricardo Paredes y el ingeniero Javier Boncompte, ambos de la U. Católica, realizaron el estudio llamado "Diferencias de género y los efectos del ingreso de la pareja en el bienestar subjetivo", que analizó los resultados de la última encuesta Casen, para así diferenciar qué efectos tenía el ingreso de hombres y mujeres en su percepción de felicidad (bienestar subjetivo).
Como a partir del año 2011 esta encuesta incluyó la pregunta ¿qué tan satisfecho está usted con su vida en este momento?, cuya respuesta iba en una escala de uno a 10 (en que uno era "nada satisfecho" y 10 "muy satisfecho"), los expertos pudieron comparar niveles de felicidad por género y nivel de ingreso. Así concluyeron que los mayores niveles de felicidad reportados por los hombres respecto a las mujeres se deben a que éstas tienen muchos menos recursos en relación a los hombres, y no a que sean más depresivas o que se quejen más, como dicta la creencia popular.
Según la Casen, las mujeres reportaron ser más infelices y tener menos salud; tener sentimientos encontrados a la hora de trabajar fuera de casa o quedarse en ella; valorar más el dinero que gana su pareja y sentirse satisfechas con un menor sueldo máximo que los hombres.
De acuerdo a Paredes, las mujeres tienen menos recursos (menos ingreso, menos educación) que explicarían el que se sientan menos felices que los hombres. Si tuvieran los mismos recursos que las mujeres, los hombres serían mucho menos felices que ellas y no sólo las décimas que hoy los separan. "Hombres y mujeres valoran en forma distinta el salario, la salud, la educación. Al final, la mujer se adecua mejor a lo que tiene. Creemos que la diferencia de felicidad reportada por hombres y mujeres se debe a diferencias en recursos, no a que sean más depresivas. De verdad tienen mucho menos recursos que los hombres", dice Paredes.
MACHISMO
Uno de los resultados que llamó la atención de Paredes, es el nivel de sexismo o machismo que todavía existe en el país. Quedarse en la casa y decidir no participar de la fuerza de trabajo hace a las mujeres menos felices. Las que están en esa condición reportaron menores niveles de felicidad respecto a los hombres en igual condición (que se quedan en casa). "Puede que estar inactivas (sin querer buscar trabajo) no sea algo que ellas decidieron, tal vez no está en sus manos esa situación. Los hombres inactivos eran más felices porque había sido su decisión no trabajar ni buscar trabajo, son estudiantes o jubilados", dice Paredes.
Pero trabajar también las hacía más infelices, según los datos de la Casen. "Esa es una señal que nos indica machismo", dice Paredes.
De alguna manera, las mujeres experimentan una situación conflictiva si se quedan en la casa y si se mantienen alejadas de ella por trabajo.
Otro elemento que denota machismo tiene que ver con la valoración de los ingresos que percibe la pareja. Aunque ambos géneros valoran los ingresos de manera positiva, los hombres valoran más el dinero que obtienen por si mismos que el obtenido por su pareja. Las mujeres en cambio, valoran más el dinero obtenido por su pareja. Paredes lo explica así: "Dos personas viven en pareja. El marido gana 100 mil pesos más que la mujer. La mujer reporta estar muy contenta. Pero si es al revés, y la mujer es la que gana 100 mil pesos más, el hombre se pone sólo algo contento".
SATURACIÓN DE FELICIDAD
La teoría señala, que según aumenta el ingreso de una persona, se eleva también su nivel de satisfacción. Sin embargo, existe un punto en que por más que se incremente el sueldo, la felicidad no se incrementa más. En los hombres, esta saturación de felicidad por el ingreso se alcanza en los ocho millones de pesos, pero en la mujer se fijó en los 3,7 millones de pesos. "Ellas están satisfechas mucho antes que los hombres. Más que el dinero, las mujeres valoran más el estatus de vida. Valoran también el dinero, pero es menos relevante que la salud o la educación".
Según Paredes, el estudio viene a llenar un espacio que en general no cuenta con datos, porque "los economistas no siempre hacemos estos análisis. No hay muchos estudios específicos sobre diferencias entre hombres y mujeres, pero sí sabemos por otras investigaciones, que las mujeres reportan tener menos felicidad", dice Paredes.