La situación de las mujeres en el sistema previsional es muy diferente a la de los hombres. Ellas viven más, tienen más lagunas previsionales, por ausentarse del mercado laboral por mayores períodos, tienen sueldos más bajos y se jubilan a los 60 años, con cinco años menos de ahorros que los hombres.
Para acceder a una pensión de $350.000, las mujeres que jubilen a los 60 años de edad deben conseguir un ahorro previsional de entre $71 millones y $73 millones, dependiendo si son solteras o casadas al momento de jubilar, según cálculos realizados por la Asociación de AFP para La Tercera.
Esta proyección consideró un aporte mensual en torno a los $46 mil desde los 23 años y una rentabilidad anual de los fondos de 6%. Además, esta cotización está en línea con el sueldo promedio imponible que registraban las mujeres a diciembre del año pasado, que se encumbraba en $485 mil.
Un efecto benéfico en el monto de la pensión es la postergación de la salida del mundo laboral. La superintendenta de Pensiones, Solange Berstein, ha declarado que la decisión que más impacto tiene en el monto de la pensión futura es postergar el retiro. Por cada año de trabajo adicional, la pensión aumenta, en promedio, 7%.
Con el mismo aporte considerado ($46 mil), si una mujer decide posponer su jubilación hasta los 65 años, su pensión subiría hasta $535 mil, un 53% más que lo que habría obtenido si se pensiona a los 60 años.
La Asociación de AFP también calculó que para conseguir una pensión de $350 mil, las mujeres solteras que decidan postergar su retiro hasta los 65 años requieren aporte obligatorio más bajo: $29.550 al mes, desde los 23 años, para conseguir un ahorro total de $64 millones. En tanto, si es casada y cotiza mensualmente $30.750 desde los 23 años, también podría alcanzar una pensión de $350 mil sólo si posterga la edad de jubilación hasta los 65 años. Las mujeres casadas requieren un ahorro levemente mayor para garantizar una pensión de viudez a su cónyuge, en caso de fallecimiento.
El gerente de estudios de la Asociación de AFP, Roberto Fuentes, destaca que "al final, la rentabilidad de los fondos de pensiones aporta la mayoría del ahorro para la jubilación, entre 72% y 77%, si la rentabilidad es 6% real anual". No obstante, aconseja que, "al igual que la aspiración de la casa propia, para obtener la pensión que se desea es necesario un ahorro constante. Si hay lagunas o períodos sin cotización, para lograr la meta hay que completar el ahorro que falta o atrasar". Por eso, es importante que los afiliados que están a medio camino de la pensión puedan monitorear el estado de sus ahorros para llegar a la pensión deseada, sin alarmarse con el número final, dice Fuentes.
A los 35 años, una mujer que aporta $46 mil mensuales va bien encaminada si tiene $9 millones en su cuenta, según calcula la asociación. En tanto, a los 45 años debería acumular unos $25 millones. En este lapsus, la rentabilidad pasa de aportar un 25% de los fondos acumulados a un 50% de ellos. Fuentes destaca que quienes hacen APV obtienen una ayuda del Estado equivalente al 15% de lo que ahorran al año, mejorando su jubilación. Además, reitera que las cotizaciones de los primeros años son mucho más importantes que las de los años laborales finales.