El mundo chino celebra en el quinto día del quinto mes lunar, la Fiesta de los Barcos Dragón o Duan Wu, un peculiar festival que conmemora el fallecimiento, hace dos milenios, del poeta Qu Yuan (340-278 AC).

En esta fiesta tradicional, destacan las vistosas regatas de botes dragón, los ubicuos "zongzi", que es como se llaman los tamales que vienen con muy variados rellenos, y toda una serie de amuletos para alejar los males.

La gente piensa que este día es de mala fortuna, y para liberarse de las malas influencias y atraer la buena suerte bebe el vino "xionghuang", coloca hierbas en las puertas de sus casas, prepara bolsitas perfumadas y trata de colocar huevos de pie.

"Ya llevamos 20 huevos rotos", dice la Señora Wang, en el Parque de Tienmu, donde sus hijos participan en una competición para colocar de pie el mayor número de huevos en quince minutos.

Las personas que consigan colocar los huevos verticales en este día tendrán buena suerte todo el año, aclara la Señora Wang, mientras sus vástagos lo intentan.

La gente, en motocicleta o caminando, lleva unos arreglos de hierbas que constan de dos hojas largas, como de bambú y dos tipos más de hojas en la base, son el "changpu" y "axiao" para atraer la fortuna. "Es muy parecido a las palmas del Domingo de Ramos", relata Miguel Ángel González, un sacerdote chileno que lleva más de 10 años en Taiwán.

CRISIS
La crisis económica parece que intensificó este año el uso de las hierbas, dice Wang Ling-li, una vendedora del mercado que en esta fiesta hizo su agosto. "No solo dan suerte sino que sirven para proteger de las enfermedades y ahuyentar los malos espíritus", explica Wang, quizá con la intención de convencer al cliente para que le compre una.

Un vendedor, apellidado Xu, del mercado de Tianmu, cuenta que el origen de la fiesta está ligado a la siembra de la cosecha de arroz y que servía para pedir lluvias. "Lo del Dragón es porque en la tradición china, los dragones controlan los ríos y el agua y pueden traer las precipitaciones", apunta Xu.

Quizá por ello es que Hong Kong, otro lugar que celebra con pasión el festival, amaneció hoy gris, aunque rebosante de colorido y sonidos de tambores en numerosas de sus zonas costeras.

CARRERAS DE BARCOS
Las tradicionales carreras de barcos dragón, que, como cada año se celebran en un ambiente de carnaval, se hicieron con las playas de Stanley, Lamma y Discovery Bay, entre otros puntos del territorio hongkonés, que, con cerca de 240 islas, y canales en su zona continental, es prolijo en escenarios para las competitivas regatas.

Durante la festividad de Tuen Ng -como se conoce este día en cantonés- las familias aprovechan para llevar a sus retoños a las playas, si bien este año el sol deslució la cita al brillar por su ausencia.

La celebración es además una de las pocas que reúne a extranjeros y locales en una causa común (desde los últimos 30 años), hacerse con el trofeo en cada competición.

Las carreras, que forman parte de la lista de patrimonio cultural inmaterial de la Unesco, seguirán celebrándose durante el resto del mes y volverán a vivir un segundo punto álgido entre el 23 y el 25 de julio, esta vez en el excepcional Puerto Victoria.

NUEVA EDICION
La trigésimo quinta edición de las "Carreras Internacionales de Barcos Dragón", diseñada por Turismo de Hong Kong, enfrentará a numerosas nacionalidades y sectores socioeconómicos del territorio, con el añadido de una regata que enfrentará a la prensa local con la extranjera.

Entretanto, en la Exposición Universal de Shanghái, los cerca de 200 clientes diarios que recibe el restaurante del pabellón de Madrid en la Zona de Mejores Prácticas Urbanas, pudieron también, además de tomar los tradicionales "zongzi", como indica la tradición para este festival, probar unos típicos churros con chocolate españoles, gratis durante todo el día.

A los shanghaineses, "aunque tengan porras (un desayuno local que ellos toman solo y llaman "you tiao", o "palos aceitosos"), les choca lo de mezclar los churros con el chocolate", explicó el responsable del local, Víctor Ramírez, que espera repartir unas 120 raciones hoy, por encima de las 20 ó 30 diarias que suele vender.

La Fiesta de los Barcos Dragón conmemora la muerte del poeta Qu Yuan, quien, descorazonado ante la impudicia del poder político, se lanzó a un río atado a una roca como testimonio de su protesta.

La gente, que lo apreciaba mucho cocinó unos tamales de arroz glutinoso -los "zongzi"- y desde sus botes los echaban a los peces y evitar que se comiesen su cuerpo.