En noviembre pasado, una madre y su hija murieron tras el ataque de una jauría en el sector de Pelvin, en la comuna de Peñaflor. Ayer, a 300 metros del lugar, un menor de 5 años fue mordido por un perro vago cuando jugaba en el jardín de su casa. Por eso, para la Municipalidad, la presencia de estos animales "se ha convertido en un factor de riesgo", como sostiene Eduardo Jorquera, director de Protección Civil de la entidad.

"La postura de la autoridad es bien categórica: los perros vagos han pasado a ser un factor de alto riesgo para nuestra comunidad, sobre todo en el sector de Pelvin. Lamentablemente hoy día la ley (de tenencia responsable de mascotas) está durmiendo, no ha salido nada después de la muerte de la madre y de la hija", dijo.

El funcionario explicó que tras el ataque a las dos mujeres, el alcalde Manuel Fuentes dispuso la construcción de un canil -de aproximadamente 36 metros cuadrados- con el objetivo de mantener en custodia a los perros que presenten algún estado de agresividad o enfermedad avanzada. "El canil era una solución provisoria, de manera de mitigar la gran cantidad de perros, pero siguen llegando más perros. Hay gente irresponsable que decide dejar abandonados a sus perros", dice, al tiempo que señala que muchos de los habitantes se oponen a la medida, porque temen que los canes puedan ser eliminados.

"Hay personas, ambientalistas, que se oponen a que los perros sean retirados de las calles, porque supuestamente nosotros los vamos a eliminar. Eso no es así, solamente se van a poner en custodia. Los perros vagos ya perdieron sus estímulos de obediencia hacia un amo y más encima son perros adultos", explicó.

Actualmente, en el canil existen 12 perros, entre ellos 5 de los 7 canes que atacaron a la madre y a su hija en noviembre pasado. El animal que mordió al pequeño José Ignacio Gajardo Sánchez no fue encontrado por funcionarios del municipio.