Es uno de los actores principales. Kafuku, que ya alcanza el medio siglo de vida, no puede desplazarse por sus propios medios tras un accidente. Sin embargo, su papel cuenta cada día en la representación teatral de la obra Tío Vania, de Antón Chéjov.
Luego de preguntarle a su mecánico si conoce a un buen chofer para que lo traslade, Kafuku llega a la recomendación de la bella veinteañera Watari Misaki. La desconfianza reina en un principio, por el sólo hecho de ser mujer. Pero las tardes serán otras cuando Watari lo recoja para dejarlo en el teatro.
El actor irá contando poco a poco sus secretos a su nueva chofer. Dejando a un lado su machismo hablará, por ejemplo, de su soledad al despertar cada mañana tras la muerte reciente de su esposa. Su dolor al saber, que ella lo había engañado en varias oportunidades. Mientras, a través del espejo retrovisor, la luz de unos ojos juveniles iluminan las palabras que Kafuku va nombrando.
La historia que se lee en Drive My Car es uno de los siete relatos del escritor japonés Haruki Murakami (1949), que será parte de su nuevo libro de cuentos Hombres sin mujeres. El ejemplar, que será editado por el sello español Tusquets, llega a librerías el próximo 3 de marzo. El título fue editado el año pasado en Japón con una tirada inicial de 300 mil copias.
Mujeres que irrumpen en la vida de los hombres para desaparecer, relaciones marcadas por el desencuentro, fugaces encuentros de placer, guiños a los Beatles, el jazz, Kafka, el clásico volumen Las mil y una noches, atraviesan las narraciones del tercer libro de cuentos de Murakami.
El autor oriental más reconocido actualmente en Occidente dio a conocer el relato Drive My Car en Bungeishunju, la revista de su editorial en Japón. El título cita el nombre de la primera canción del álbum Rubber Soul (1965), de los Beatles.
El guiño a la banda de Liverpool regresa como en Tokio blues (Norwegian Wood), la novela con la que Murakami alcanzó fama mundial y que hasta la fecha ha vendido 14 millones de copias. Publicada originalmente en 1987, en Japón, hace una década la historia fue editada por primera vez en español, sumando una gran cantidad de fieles seguidores que cada año esperan un nuevo ejemplar del escritor pop.
Otro relato de Hombres sin mujeres se llama Yesterday. Es protagonizado por Tanimura, estudiante de la Universidad de Waseda (Soudai), quien en su tiempo libre trabaja en un café. Allí conoce a otro joven de su edad, Kitaru Akiyoshi. El primero es originario de la región de Kansai. Mientras, Kitaru es de la capital, Tokio. Conflictos de clase, en medio una mujer del gusto de ambos, recorre el cuento con señales a la biografía de su autor: Murakami estudió literatura y teatro en la Universidad de Waseda.
Hombres sin mujeres también es un guiño a Ernest Hemingway, y un libro con el mismo nombre publicado en 1927. Finalmente, es también un homenaje de Murakami a la cultural norteamericana con la que suele identificarse. Admirador de autores como Cormac McCarthy, Truman Capote, Scott Fitzgerald y Raymond Chandler, a quienes ha traducido, el escritor nipón vivió en EE.UU. y en Europa en la década del 80.
Ya es habitual que cada año, el autor de De qué hablo cuando hablo de correr sea citado como uno de los favoritos para obtener el Premio Nobel de Literatura. Las casas de apuestas anglosajonas se rinden, como sus lectores, al talento de Murakami. A pesar de que Occidente lo valora, lo cierto es que en Japón, el narrador no tiene la aprobación de la crítica.
"Soy una especie de paria del mundo literario japonés", señaló Murakami el año pasado al diario británico The Guardian ante la traducción de su novela Los años de peregrinación del chico sin color. "¿Por qué ocurre esto? No tengo idea, yo he estado escribiendo desde hace 35 años y desde el principio hasta ahora la situación es casi la misma. Soy una especie de patito feo. Siempre el patito, nunca el cisne", agregó el narrador traducido a más de 40 idiomas.
Consultorio sentimental
El autor de Kafka en la orilla tiene al escritor checo como uno de sus referentes. Y esa cercanía queda en evidencia en el cuento Samsa in Love, publicado en la revista The New Yorker, en octubre de 2013, y que será parte del libro Hombres sin mujeres.
"Se despertó para descubrir que había sufrido una metamorfosis y convertido en Gregorio Samsa", se lee al inicio del relato que juega con la idea del hombre que se convierte en un bicho mutante, que Kafka inmortalizara en su historia de La metamorfosis.
Esta vez el bicho raro es el hombre que se convierte en Gregorio Samsa. "Samsa no tenía idea de dónde estaba, o lo que debía hacer. Lo único que sabía era que él era ahora un hombre que se llamaba Gregorio Samsa", escribe Murakami, quien dedicará extensos párrafos a la extrañeza de ser otro, que se duplica con la llegada de una mujer que viene a repararle la chapa de la puerta de su habitación.
"Sólo de pensar en ella le hacía sentir calor en el interior... Estaba contento de ser un humano. Por supuesto, era un gran inconveniente tener que caminar sobre dos piernas y usar ropa", anota Murakami hacia el final del cuento armado con sutilezas y poesía.
Como si los libros no le bastaran a su incesante actividad, ahora el autor nipón acaba también de incursionar en los sitios interactivos online: "El confesionario de Murakami", "Deja que Murakami te aconseje", fueron dos titulares de prensa de decenas, que hace un mes comentaban la noticia de que el escritor abriría una página para las consultas de sus seguidores.
Las preguntas fueron enviadas entre el 15 y el 31 de enero. En total: 30 mil mensajes dejaron sus fans en la página web. Está previsto que el autor responda aquellas consultas hasta fines de marzo. Y lo más seguro es que hayan consultas sobre el tema amoroso. Quizá una buena promoción para su nuevo libro de historias de mujeres que no vuelven.