Comparado con el Parque Nacional Yosemite, de Estados Unidos, por su biodiversidad, bosques milenarios y la calidad de sus acantilados de granito, el valle de Cochamó se levanta como un destino de nivel mundial para la práctica de la escalada libre y el senderismo.

Ubicado en la cordillera de la Provincia de Llanquihue, en la Región de Los Lagos, la fama de Cochamó como paraíso de los escaladores proviene de los visitantes extranjeros, especialmente austríacos, alemanes, franceses y estadounidenses, quienes llegan al aeropuerto del Tepual, en Puerto Montt, y luego se trasladan, sin más escalas, a este lugar.

Según el director regional de Sernatur de Los Lagos, Fernando Ortúzar, en la última temporada de verano llegaron seis mil personas a este punto, doblando las visitas del año anterior. "La escalada ha hecho famoso a este lugar y, como cada vez viene más gente, estamos mejorando la infraestructura, los campings, los senderos, los puentes y la señalética, para hacerlo más seguro para los visitantes", dice.

El acceso a la zona de escalada no es fácil. Para llegar, se debe viajar dos horas en automóvil (entre Puerto Montt y Cochamó) y luego caminar cuatro horas hasta el sector de La Junta, considerado el corazón del valle.

En este punto (al que también se puede llegar a caballo), los escaladores pueden comenzar a internarse en la cordillera y acceder a las murallas de granito, de más de mil metros de altura.

SENDERO AVANZADO
Silvina Verdún es argentina y llegó como escaladora al lugar hace 12 años, buscando nuevas cumbres. Cuenta que se "enamoró" del entorno y se quedó a vivir.

Hoy administra un refugio en La Junta, donde recibe a escaladores de todo el mundo: "La dificultad de la escalada aquí es bastante alta, no hay todavía rutas muy fáciles. Está enfocado a deportistas más avanzados, no tanto para aprender. Es bien demandante, ya que hay que caminar bastante, con mochila y en pendiente, para llegar a la base de una pared".

Otro atractivo que se suma a este deporte son las caminatas y cabalgatas a través de la ruta local, que tiene más de 130 años de historia.

En el trayecto se pueden observar cóndores, recorrer bosques de alerces milenarios, lagos y otros valles de ríos afluentes del Cochamó, considerada una de las reservas importantes de agua del país.

Estos senderos, asociados a los ríos tributarios, incluyen rutas de trekking por el día al valle de Arcoíris, al valle de La Paloma o al sector del Anfiteatro, para disfrutar de hermosas vistas panorámicas.

La red de senderos que existe en el valle de Cochamó es llamada "una travesía" por los fanáticos del senderismo.

En la mayoría de los parques nacionales, a excepción de Torres del Paine y Cerro Castillo, los senderistas acceden y salen por el mismo lugar. En cambio, en el valle de Cochamó existen varias alternativas, como salir a través del valle del río Manso, por el paso El León, que conecta con Argentina, o al valle Esperanza, que está más al norte.

Según Rodrigo Condeza, de Secret Patagonia, operador que organiza estos circuitos, lo que más aprecian los visitantes es estar totalmente desconectados: "Acá no hay señal de celular ni internet, sólo teléfonos satelitales para emergencias. Llegan súper acelerados, pero el ritmo de la naturaleza los envuelve, los relaja. La tranquilidad es total".