En la segunda jornada de comparenecia en Londres, el magnate de la prensa Rupert Murdoch dijo hoy que él y otros directivos de su grupo fueron "víctimas de un encubrimiento" por parte de empleados de sus propios periódicos en Reino Unido, que les ocultaron el alcance de la práctica ilegal de las escuchas.
Así detalló el multimillonario, de 81 años, dueño de medios como The Sun y The Times, los hechos a la comisión dirigida por el juez Brian Leveson, que examina la conducta ética de la prensa británica a raíz del escándalo del espionaje telefónico practicados para obtener exclusivas.
En su comparecencia, Murdoch negó de nuevo haber tenido conocimiento de que esa práctica estuviera extendida especialmente en su rotativo dominical "News of the world", que tuvo que clausurar en julio pasado tras la detención de decenas de sus trabajadores por ese motivo.
Afirmó que, junto con otros ejecutivos de News International (NI) -filial británica de su grupo News Corporation-, fue víctima de un encubrimiento que emanó de "dentro del 'News of the world'".
Pese a considerarse víctima de una trama interna para mantenerle apartado, el empresario admitió que debería haberse interesado más por lo que sucedía en su cabecera: "He fracasado, y lo siento mucho", apuntó.
Según Murdoch, que, como su hijo James -hasta febrero presidente de NI-, rehuye responsabilidades por las escuchas, el encubrimiento fue urdido "por uno o dos personajes fuertes que llevaban en el periódico años y años y eran amigos de los periodistas".
"La persona en la que estoy pensando era un amigo de los periodistas, compañero de copas, era un abogado muy listo y les prohibió, o al menos hay declaraciones en ese sentido, ir a informar (de lo que sucedía) a Rebeka Brooks (exdirectiva de NI) o a James (Murdoch)", declaró. "Esta no es una excusa en absoluto por nuestra parte. Me tomo muy en serio la situación que ha surgido", aseguró.
Preguntado por el juez si no debería haberse preocupado más por lo que ocurría en el News of the world, cuyo cierre en julio llevó al despido de más de 200 personas, reconoció que ese periódico le interesaba menos que otros. "Lo único que puedo hacer es pedir disculpas a mucha gente, incluidas las personas inocentes que perdieron su trabajo como resultado (de su despreocupación)", manifestó.
En relación a su supuesto desconocimiento sobre las persistentes escuchas, Murdoch incidió en que "en los periódicos, los reporteros van mucho a su aire, protegen sus fuentes, no revelan a sus colegas lo que están haciendo".
En su comparecencia de ayer, el magnate de origen australiano reveló sus contactos con varios primeros ministros de Reino Unido, incluida la conservadora Margaret Thatcher -con quien confesó sentir afinidad-, aunque aseguró que nunca les pidió ningún favor.
El martes declaró ante la comisión su hijo James Murdoch, cuyo testimonio reveló contactos de sus asesores con colaboradores del ministro de Cultura, Jeremy Hunt, para influir en el proceso de compra de la plataforma digital BSkyB.
Hunt afronta ahora llamados de dimisión por parte de la oposición, aunque cuenta con el apoyo del primer ministro, David Cameron, quien ha defendido la integridad de sus gestiones en el caso.