Queda justo frente al Palacio de Tribunales y a metros del ex Congreso Nacional. Está a una cuadra de la Plaza de Armas y de la Catedral y a pasos del tradicional hotel City, hoy en remodelación. Cuando en noviembre el Museo de Arte Precolombino reabra sus puertas, en la esquina de Bandera y Compañía, retomará su sitial entre estos hitos del centro de Santiago.
A fines de 2011, el recinto cerró sus puertas y comenzó un proyecto de remodelación, a cargo del arquitecto Smiljan Radic. El objetivo era no sólo arreglar el antiguo edificio, sino también ampliarlo, dada la cantidad de visitas que recibía: 60.000 al año, que en comparación con las que recibe el Museo de Bellas Artes (cerca de 42.000), es considerable.
Es por eso que el espacio cultural crecerá en 16.000 m2, lo que equivale a un 50% más de superficie total. A la casona que fue la sede de la Real Aduana en 1805, se sumarán dos nuevas salas -una de exposición y otra de laboratorios y conservación- y se le dará un uso efectivo a uno de los patios interiores. El que está más al norte -que da hacia calle Compañía- se cubrirá con un techo y se climatizará, para instalar ahí una cafetería.
"La idea es que este lugar se transforme en otro paseo del centro de la capital", explica el director del museo, Carlos Aldunate.
La entidad necesitaba crecer también para poder exhibir mayor cantidad de piezas prehispánicas, entre ellas alfarería, herramientas, vestuarios e incluso, momias. "Hasta 2011, le mostrábamos al público un 10% de nuestra colección. Ahora tendremos capacidad para un 17%", dice Aldunate.
Dado que la construcción es Monumento Histórico, no se podía modificar su diseño y por eso las ampliaciones se hicieron bajo tierra.
Según el ingeniero jefe del proyecto, Jorge Sturms, la tarea fue compleja: hasta los dos metros tuvieron que excavar con suma delicadeza, piedra por piedra y con la asesoría de arqueólogos, ya que se encontraron vestigios precolombinos.
"Además, tuvimos que socalzar (reforzar) el edificio patrimonial con pilares y anclajes, para que no corriera riesgo de derrumbe cuando se añadieran los subterráneos", agrega Sturms.
A las obras de ampliación se sumó la refacción de la fachada, que quedó lista en 2011.
Las novedades
Cuando se reinaugure, en el nivel -1 habrá una gran sala, de 40 metros de largo, denominada "Chile antes de Chile", la que exhibirá la diversidad étnica del país antes de la llegada de los españoles.
Cada pieza que se mostrará fue escogida con especial detención por el equipo del museo. A este se sumó el diseñador del Museo Británico, Geoffrey Pickup, quien viaja a Santiago cada mes.
Las vitrinas donde exhibirán estos elementos fueron importadas desde Alemania. "Son completamente transparentes y antirreflectantes. No se verán, para que cada objeto cobre mayor protagonismo", anticipa Aldunate.
La sala estará iluminada sólo por una pequeña claraboya en el techo y únicamente las vitrinas estarán provistas de luces led.
En el segundo subterráneo estará ubicado el centro de investigación y laboratorio de la institución. En estos 400 m2, además, se conservará el resto de la colección que no alcanza a mostrarse a los visitantes.
Otra novedad del museo es la del patio interior norte. Se cubrirá con un techo de membrana de teflón -tecnología alemana que se usa en estadios, entre otros-, que es removible y transparente. Aparte de albergar la cafetería, tendrá una tienda con réplicas certificadas de algunas de las piezas que conforman las muestras.
El suelo de este espacio será pavimentado con huevillo (piedras), porque durante las excavaciones arqueológicas se descubrió que durante La Colonia el piso era de ese material. "Será un patio ciudadano de más de 225 m2, al estilo de la plaza que se construye en el frontis del Palacio de Tribunales", asegura Aldunate.
En tanto, las salas antiguas del edificio patrimonial serán reacondicionadas. En una de ellas, por ejemplo, se habilitará una zona interactiva para niños, creada por la Fundación Mustakis. Esta contará con pantallas touch, para aprender más sobre las culturas precolombinas.
Para asegurar el buen funcionamiento del museo cuando reabra, el programa Legado Bicentenario se incorporó a este proyecto. A través del Consejo de la Cultura y las Artes, el Estado financiará los gastos extras que genere esta ampliación y que no alcance a cubrir la Municipalidad de Santiago, propietaria del inmueble.
"Este lugar es un ejemplo a nivel mundial y su remodelación calza con el espíritu de legado Bicentenario: darle nueva vida al patrimonio", dice el asesor de Presidencia José Antonio Taladriz.