En Cancún, un ejército de figuras humanas pronto dejará la playa detrás para sumergirse bajo el agua. Las esculturas darán soporte a la recuperación de los arrecifes de coral.
Se trata de un conjunto de personas de cemento del escultor Jason deCaires Taylor, quien se ha propuesto tender un puente entre el arte y el cuidado del medio ambiente.
Su exposición La Evolución Silenciosa está inspirada en personas reales -entre ellos muchos mexicanos de distintos caminos de la vida-, que bajo el agua servirán de estructura base para la vida submarina.
DeCaires Taylor explica que la presión sobre los corales es muy intensa en esta zona turísitca de México, y que con su intervención busca representar la responsabilidad de todos en el daño ecológico, "con una perspectiva optimista".
Los integrantes pioneros de este museo submarino, que se encuentran bajo el agua desde finales de 2009, son El Hombre en Llamas -inspirado en un pescador local-, el Coleccionista de Sueños, y la Jardinera de la Esperanza.
Los corales aprovechan la composición química de las esculturas y su revestido de cemento para colonizarlas y reproducirse, cubriéndolas de distintos colores con el paso del tiempo.
Con su obra DeCaires Taylor quiere demostrar que por muchos edificios que construyamos a nuestro alrededor, la dependencia del humano con la naturaleza es orgánica.
Los modelos vivientes de DeCaires Taylor incluyen a Rosario, una monja de 85 años, y Santiago, un niño de 3; también hubo un contador, un profesor de yoga, un estudiante, un acróbata y hasta una periodista de la BBC.
El conjunto principal, unas 400 figuras que pesan más de 120 toneladas, será sumergido en las próximas semanas en el Caribe, y el artista perderá el "control estético" sobre su obra, que quedará a la merced de la naturaleza.
Hacia finales de 2010 comenzará una tercera etapa: DeCaires Taylor y sus socios del Parque Nacional Marino y la Asociación Naútica de Cancún harán un llamado a otros artistas para que contribuyan a su espacio artístico-medioambiental.
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