Si los dos primeros fueron fiesta, desmadre y after hour, este es el disco del día después, de la resaca, del mazazo en la frente, de la brutal postal frente al espejo después de una larga noche de juerga.
Arctic Monkeys llega a esa parte del día en que las cosas van más lento y, si tienes suerte, se te despeja la mente y te encuentras con un par de buenas ideas entre manos. Una de las mejores nuevas bandas del Reino Unido supera la maldición del "tercer disco", esa valla histórica de la que muy pocos han zafado con estilo, con un álbum introspectivo y audaz. Sexy y difícil de manejar a buenas y primeras.
Humbug, producido a medias por Josh Homme (Queens of the Stone Age) cambia pista de baile por cortes elegantes, a la medida de un tipo ambicioso como Alex Turner, en temas de exquisita ironía como Dance little liar y Secret door. Las joyas de un disco adulto e importante.