Es de esos bares donde todos se conocen, pero en el día en que llega alguien nuevo. Y donde había vino, música y verso, el desconocido pone un secreto que desata el conflicto. Eso pasa en Amores de cantina, la obra del premio nacional Juan Radrigán que regresa mañana a cartelera en el GAM. Protagonizado por María Izquierdo y Luis Dubó, el montaje ha sido número fijo en la cartelera dieciochera desde su estreno, hace tres años. Esta vez vuelve sólo con cuatro funciones.

La Carmela más famosa de Chile también regresa a cartelera. La pérgola de las flores tendrá temporada en el teatro Mori Parque Arauco desde el 20 de septiembre. La puesta en escena está a cargo de la compañía Luces de Broadway, que enfatiza el carácter musical del clásico con que Isidora Aguirre retrató la migración y la modernización en Chile a principios del siglo XX.

Otro clásico que reaparece en estas fechas es La remolienda, de Alejandro Sieveking. Los enredos que provoca el amor que sienten tres campesinos por tres prostitutas, sin saber en lo que ellas trabajan, estará en el Teatro Nescafé de las Artes desde el 26 de septiembre. Dirige Hernán Vallejo y actúa Iñigo Urrutia.

Entre las obras que ya están en cartelera y que abordan la identidad chilena destaca La Quintrala, mujer mala. Rodrigo Pérez dirige este montaje que en formato de comedia de enredos cuenta los esfuerzos que hizo Catalina de los Ríos y Lisperguer por acabar con sus enemigos y salvarse de la hoguera. La obra tiene funciones hasta el 22 de septiembre en el Mori Plaza Vespucio.

La batalla de Yungay y el roto chileno son los ejes de Mi sangre rota, obra de Camila Rojas. La pieza sigue la amistad entre un niño que busca a su padre y un sargento cuya misión es reclutar soldados para la guerra. Hasta el 29 de septiembre en el Teatro Finis Terrae.

En Matucana 100 se presenta hasta este domingo Chilena: Y el río busca al mar, vuelta a empezar, el único estreno del grupo. La obra musical de la compañía La Tañadora retrata la historia de la cueca y el papel que mujeres investigadoras jugaron en su rescate. Inspirada en figuras como Violeta Parra y Margot Loyola, la obra tuvo la asesoría de Gastón Soublette.