Decir que MG es el primer disco con material original en la carrera de Martin Gore es una verdad a medias. Y es que si bien hasta ahora su trabajo solista se ha reducido a un LP con covers de sus artistas predilectos (Counterfeit, 2012) y a un álbum de tecno junto a su ex socio Vince Clarke (Ssss, de ese mismo año), sería algo injusto separar al británico de su trabajo al mando de Depeche Mode, el grupo que creó hace 35 años junto a Dave Gahan, Andy Fletcher y el mencionado Clarke, y donde, además de los teclados, guitarras y sintetizadores, se ha hecho cargo de la creación de prácticamente todos sus éxitos. Pese a esto, el autor de Personal Jesus, Enjoy the silence, I feel you, People are people y Everything counts -entre muchos otros himnos de las últimas décadas- no teme en definirse como "un compositor poco prolífico" a la hora de analizar lo que ha sido su historia en la música.
"Voy al estudio constantemente, quizás todos los días de la semana, pero la verdad es que no tengo una gran cantidad de material inédito esperando ver la luz alguna vez. Muchas veces voy simplemente a buscar un sonido, sin un objetivo demasiado concreto", explica Gore a La Tercera desde su casa en Santa Barbara, California, el lugar que escogió para vivir hace algunos años y donde grabó las 16 canciones de su nuevo trabajo.
Allí, en la intimidad de su hogar, lejos del mundo de las giras planetarias y los más de 100 millones de discos vendidos, el responsable de llevar la música electrónica a los grandes estadios concibió un puñado de canciones instrumentales, sombrías y minimalistas, que serán presentadas la próxima semana bajo el sello Mute.
Siendo un compositor y letrista tan exitoso, cuesta entender que recién ahora lance su primer trabajo solista con temas propios.
La verdad es que durante todos estos años he pensado que sacar un disco propio con material original produciría una suerte de conflicto de interés, porque por mucho tiempo he hecho la composición para Depeche Mode, y si sacaba mis canciones, quizás el resto de la banda pensaría '¿por qué no las usamos para el grupo?'.
¿Y qué lo motivó esta vez a dejar ese material para un álbum personal?
Durante el proceso de composición de Delta machine (el último disco de Depeche Mode, publicado en 2013) hice algunas piezas instrumentales que al final no usamos. Ahora que Dave escribe, tenemos material de sobra entre los dos. Así que me quedé con estos temas y no tenía dónde usarlos. Ahí fue que alguien me sugirió hacer un disco instrumental y pensé que sería una buena idea, algo nuevo para mí y muy distinto a lo último que he hecho. Luego, cuando volvimos de la gira en marzo pasado, comencé a componer otras canciones, que son gran parte del material del disco.
¿La opción por no incluir letras en los tracks fue algo deliberado o más bien espontáneo?
En ese punto te reitero la idea del conflicto de interés. Simplemente creo que no es correcto que escriba canciones para mí mientras siga siendo parte de Depeche Mode. Pero además de eso, realmente me gusta la idea de hacer un disco instrumental. De todas formas, hubo ciertos parámetros que me autoimpuse: no quise usar guitarras, ni baterías reales, ni tampoco voces. Eso también me parece interesante, porque con sólo el título de una canción, y a través de la música, la gente puede echar a volar su imaginación y vivir su propio viaje. Lo que sí, durante el proceso noté que hay varias canciones que tienen una atmósfera como de película de ciencia ficción.
El año pasado hubo conversaciones casi cerradas para su presentación junto a Depeche Mode en Lollapalooza Chile. ¿Qué sucedió finalmente que no vinieron?
La verdad es que en ese momento teníamos planeado ir a Sudamérica y tocar en los tres Lollapalooza de Chile, Brasil y Argentina, además de hacer otros shows en la región. Pero la extensión del tour nos dejó exhaustos y cuando llegó el momento de tomar la decisión de ir a Sudamérica la verdad es que estábamos muy fatigados, y no estábamos seguros si sería una buena idea extender esa gira. Llevábamos cerca de 8 meses tocando casi sin parar... creo que pensamos que no hubiese sido bueno para nuestra salud mental seguir de gira. Pero más allá de eso, realmente disfrutamos mucho la gira sudamericana anterior, y estoy seguro, pese a que aún no hay nada concreto, que cuando saquemos un nuevo disco vamos a planificar una gira más global, que involucre a más lugares.
Si bien su show en Santiago en 2009 es muy recordado, el anterior, en 1994, es casi legendario. ¿Guarda algún recuerdo de aquella visita?
Si no me equivoco, eso fue parte del legendario tour de Songs of faith and devotion, y la verdad es que recordamos muy poco de esa gira (se ríe). Ese fue, definitivamente, una de las giras que extendimos más de la cuenta, creo que duró cerca de 18 meses. Allí llegamos a un punto en que realmente perdimos la cordura.
Este 2015, Violator cumple 25 años. ¿Cuán importante fue ese disco para la carrera de Depeche Mode y la suya?
Fue un momento clave para Depeche Mode. Si bien antes de eso ya éramos conocidos en Europa y Norteamérica, con esas canciones llegamos a los mayores escenarios de EE.UU. . Sin Violator no tendríamos la popularidad que tenemos, fue el disco que nos llevó al siguiente nivel, y estoy seguro que la mayoría de los fans lo siguen viendo como un gran álbum.
Pese a todo el éxito, los discos y las giras, sigue yendo a diario al estudio. ¿La música sigue siendo una necesidad en su vida?
Sí, la música es algo en lo que sigo siendo muy apasionado, eso no ha cambiado desde que tenía diez años y descubrí el rock and roll y la colección de discos de mi mamá. Todavía tengo ese sentimiento, y la verdad, no sé qué habría sido de mi vida sin la música.