El presidente de Myanmar (ex Birmania), Thein Sein, declaró hoy toque de queda en el estado Rakhine, al oeste del país, a raíz de la violencia sectaria que dejado al menos 7 muertos y 17 heridos desde el viernes pasado.
El toque de queda, que pone la administración del estado Rakhine, región conocida también como Arakan, bajo el mando del Ejército, fue anunciado por el Presidente en un breve discurso emitido por la televisión estatal.
La medida afecta a los distritos Sittwe, Maungdaw, Kyaukphyu y Thandwe, en los que en conjunto habitan cerca de 3,5 millones de personas.
Los altercados entre la población musulmana y la minoría budista, que es la mayoritaria del país, son frecuentes en esta provincia colindante con Bangladesh.
Esta última ola de violencia arrancó el 28 de mayo, cuando apareció el cadáver de una mujer budista que fue presuntamente violada y asesinada por un grupo de musulmanes. El pasado 2 de junio, una turba de budistas detuvo un bus en el que decían viajaban los culpables y mataron a diez musulmanes.
Desde entonces, grupos islámicos han causado destrozos en 14 localidades de la provincia y cerca de 600 edificios han sido incendiados.
La jefa de la oposición democrática y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, instó esta semana a los budistas a actuar con "comprensión" con las minorías étnicas y religiosas y solicitó a las autoridades una actuación rápida.
El 89 % de los cerca de 60 millones de personas que habitan Myanmar son budistas y sólo el 4 % profesa el islam.