Nabil Mansour (51) es un hombre conocido en el ámbito inmobiliario. Su sociedad de gestión, Aginva, ha trabajado con grandes empresas de retail. Habitualmente de bajo perfil, su nombre se vio involucrado en 2011 en la investigación del pago de coimas en la Municipalidad de Colina, tras la cual fue absuelto luego de un acuerdo con los fiscales. Ayer, el empresario volvió a presentarse ante la justicia, pero esta vez como testigo del caso Caval, cuya investigación está en manos del Fiscal Regional de O'Higgins, Luis Toledo. Su testimonio cobró relevancia para los persecutores debido a sus contactos con la arquitecta Cynthia Ross y otros protagonistas del negocio.
¿Cómo llega usted a la información de la venta de estos terrenos en Machalí?
Yo soy desarrollador inmobiliario desde hace 20 años. Hace un par de años terminamos de hacer el polo de Machalí, etapas 1,2 y 3. Están al frente de las 44 hectáreas de Wiesner. Son 80 ha que se lotearon y se construyeron viviendas que oscilan entre las 3 y 15 mil UF. Conocíamos muy bien el entorno. Por eso sabíamos que había un potencial inmobiliario importante. A Juan Díaz lo conozco desde siempre, lo considero un amigo. La primera oferta que nos llegó por estos terrenos fue de Díaz. Esto fue en 2012.
¿Qué relación tenía Juan Díaz con el negocio?
Aparecía mandatado por Herman Chadwick para vender este terreno como administración de una quiebra (convenio judicial preventivo). Analizamos la situación y lo tomamos. Pedimos los antecedentes, porque estaban en proceso de cambio de Plan Regulador. En 2012 presentamos una oferta y solicitamos los antecedentes técnicos del cambio de Plan Regulador, pero no sabíamos los detalles. Por eso Díaz nos presentó a Cynthia Ross. No vi nunca su informe, pero nos entregó una cantidad de información donde nos decía cuáles normativas se estaban trabajando para el Plan Regulador que venía. Lo entendí como un informe de una profesional conocida en el área, como es Ross, que indicaba lo que se estaba trabajando al interior de la Municipalidad de Machalí.
¿Usted sabía que Cynthia Ross también trabajaba para la municipalidad?
No, a nosotros nos presentaron a la arquitecta Ross como una asesora de Herman Chadwick. Nunca la vinculamos con la municipalidad hasta que en algún minuto nos entregó una información, que tenía como encabezado el logo del gobierno.
Usted dice que nunca vio a Ross como una funcionaria municipal, para usted ella era una empleada de Juan Diaz...
Una asesora del señor Chadwick que nos entregó los antecedentes técnicos que necesitábamos saber para hacer la evaluación económica del terreno.
¿Ella no estaba ahí en la calidad de sobrina de los dueños del terreno?
No, después me enteré que su segundo apellido era Weisner. Después pregunté y supe que era la sobrina (...) el que estaba resguardando los bienes era el síndico. Cynthia para mí es una profesional que me entregó la información que necesitaba tener para hacer la evaluación técnica, para informar a mis inversionistas.
¿Cuándo presenta la oferta?
Hablo con mis inversionistas, los convenzo del proyecto y me dicen "vamos". El 4 de septiembre de 2012 presento una oferta por 0,5 UF el metro cuadrado. Esta oferta está condicionada a una promesa de compraventa que se tiene que firmar en un plazo de 90 días. Ofrecemos a modo de garantía un 10% del monto total de la transacción, es decir, $ 600 millones, y pedimos que se nos haga llegar a manera informativa el estado en el que se encuentra el famoso Plan Regulador Intercomunal. Por eso conozco a Cynthia, porque era parte del negocio. En el proceso de conversación, ellos no me piden dinero, sino que me piden que oferte primero. Ofertamos 0,5 UF por metro cuadrado, porque era lo que pensábamos que valía el terreno en esas condiciones.
¿Qué contestaron los administradores?
Sobre esa base nos contestan que no, así que llegamos a un acuerdo de 0,55 UF por metro cuadrado. De ahí mi gente dijo, podemos ir. Mantuvimos las condiciones y ellos nos mandaron una promesa de compraventa. Quedamos de estudiarla y en octubre de 2012 pusimos nuestros reparos al documento, no al valor ni a la condición general. Después desaparecieron.
¿A quién le entregó su oferta?
A Juan Díaz, porque yo no conozco al señor Chadwick. Mis relaciones fueron con Díaz y Cynthia Ross. Nos reunimos un par de veces por dudas sobre vialidad, loteos y cosas importantes.
¿No tuvo más contacto con ningún representante del síndico?
No, aunque a Díaz lo llamé infinitas veces. Ahí, aburrido de llamar, dijimos que el negocio no iba.
Pero si Díaz era su amigo, ¿cómo explica que no le haya dado una respuesta?
No lo entiendo, no me dio ninguna. Nunca supe más hasta que esto salió en las noticias. Le comenté a mi abogado que esos terrenos eran los mismos que me iba a comprar.
Cuando usted conversa con Díaz este tema, ¿él le asegura que va a haber cambio en el uso de suelo?
No.
¿Este era un buen negocio independiente de si cambiara no cambiara el uso de suelo?
No. Este era un muy buen negocio inmobiliario y cambiando el uso de suelo se hacía un negocio espectacular.