La sonda LCROSS de la NASA (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite) comenzará el próximo mes la etapa final de su misión iniciada el 18 de junio, informó la agencia espacial estadounidense. El cráter Cabeus A, de unos 40 kilómetros de diámetro, situado cerca de la región polar Sur de la Luna, fue el destino elegido por los expertos para estrellar el próximo 9 de octubre a la sonda espacial.
Esta medida tiene por objetivo analizar el material lunar que se elevará tas el impacto para ver si hay rastros de agua. La idea es que en los cráteres polares de la luna, cuyas paredes están la oscuridad permanente, podría conservarse hielo. Luego de que el módulo de colisión se desplome en la superficie lunar la sonda LCROSS atravesará la pluma de materia que se levantará para tomar datos antes de que ella misma termine también de estrellarse.
"La selección de Cabeus A fue resultado de un activo debate dentro de nuestra comunidad científica el cual incluyó los últimos datos de observaciones desde la Tierra así como de otras misiones lunares", incluyendo la del Lunar Reconnnaissance Orbiter (LR0), señaló Anthony Colaprete, científico de LCROSS.
Hasta ahora todos los datos indican que el satélite natural terrestre es un desierto completamente seco y algunos intentos anteriores de hacer una maniobra similar a la de LCROSS han fracasado. En julio de 1999 impactó en la Luna la sonda Lunar Prospector y en septiembre de 2006, la Smart1, de la Agencia Europea del Espacio, una vez concluida su misión.
LCROSS (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite) ha recorrido millones de kilómetros desde su lanzamiento, pasando alrededor de la Tierra y de la misma Luna, y ahora se prepara para impactar allí a una velocidad de casi nueve mil kilómetros por hora.
Las dos colisiones deberán producirse una tras otra a las 11.30 GMT del 9 de octubre. La nube será analizada también por telescopios de todo el mundo, incluyendo los de Hawai, los de Nuevo México y Arizona, así como el telescopio espacial Hubble y el orbitador lunar LRO.