No era la primera vez que participaban de una expedición en las aguas del archipiélago Juan Fernández, pero -otra vez- se encontraron con detalles extraordinarios. Parte del equipo de Pristine Seas de National Geographic, ya había participado de una exploración junto a la ONG Oceana, con la que en 2013 se descubrió que el 99% de las especies que allí se encuentran no están en ninguna otra parte del mundo. Pero en marzo, en una nueva expedición, no sólo lo reafirmaron, sino que exploraron todo el archipiélago, alcanzaron mayor profundidad -en la que habría nuevas especies- y comprobaron que las aguas de Juan Fernández concentran la mayor biomasa de peces del país.
"Los kilos de pescado por metro cuadrado es la más alta que hemos encontrado en Chile", dice Enric Sala, explorador de National Geographic y fundador de Pristine Seas. Pocos lugares en el mundo pueden superarlo, entre ellos, las islas Galápagos.
Según Sala, las aguas del archipiélago tienen una biomasa de peces costeros de 2,3 toneladas por hectárea, algo similar a lo encontrado en el Parque Marino Nazca Desventuradas (cercano a las islas), pero mucho más que en el Parque Marino Motu Motiro Hiva (1,2 toneladas por hectárea) y que en la zona costera de Isla de Pascua, donde hay sólo 0,45 toneladas por hectárea.
"En Pascua claramente se ha sobrepescado, mientras que en Juan Fernández el manejo local de la pesca demuestra ser más sustentable", dice el investigador.
Lo reafirma Iván Hinojosa, biólogo marino e investigador de la U. Católica del Norte y el Núcleo Milenio Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (Esmoi), que fue parte de la expedición.
"He buceado desde Arica a Chiloé muchas veces, en Isla de Pascua, Sala y Gómez, pero nunca vi tanta abundancia como en Juan Fernández. Es increíble", dice.
La exuberancia de la langosta endémica es algo que ambos investigadores destacan. "Me impresionó la abundancia de especies costeras y sobre todo el manejo de la langosta. Llevan un siglo de manejo rentable, les va bien y lo saben, y quieren mantenerlo así, a diferencia de muchos lugares del mundo. Es extraordinario cómo han sabido mantener la salud del ecosistema marino. Es ejemplar", dice Sala. "Es indicio de que la gente está teniendo un buen manejo de ella, en comparación con Isla de Pascua, por ejemplo, donde encontrarse una langosta es súper fortuito", agrega Hinojosa.
Presencia de tiburones
Usando cámaras Bruvs, que se dejan por horas bajo el agua con un cebo, lograron capturar imágenes de tiburones mako (Isurus oxyrinchus) y azules (Prionace glauca), ésta última en gran cantidad, algo raro porque la especie es altamente cazada. "Es un hallazgo que no esperábamos. Los hay en gran abundancia y es una especie amenazada, lo que convierte las aguas alrededor del archipiélago en muy valiosas", dice Sala.
El único grupo cuya diversidad es baja son los invertebrados, dice Hinojosa. "Probablemente porque hay mucho pez. En la costa continental ves muchos crustáceos, pero en la isla no se ven o son muy chicos, están muy escondidos".
La tecnología también les permitió explorar a gran profundidad, donde podría haber especies nuevas. Según Sala, esto se está comprobando en el análisis de las imágenes tomadas a cientos y hasta mil metros de profundidad. "Aparecieron peces que no sabemos todavía lo que son, podrían ser nuevas especies, estamos revisando con especialistas".
Más protección
Álex Muñoz, director para Latinoamérica de Pristine Seas, dice que a pesar del manejo que tienen los propios habitantes de las islas con sus especies, y de la creación de un área marina protegida de múltiples usos (AMCP-MU), que desde este año protege más de 11 mil kilómetros cuadrados alrededor del archipiélago, hay gran presencia de especies migratorias "que hoy parecen estar desprotegidas".
"Han hecho esfuerzos para proteger los bordes costeros, sin embargo, fuera de esas zonas existe un vacío en la legislación que debe ser llenado", sostiene. El AMCP-MU sirve para manejar las actividades a nivel costero, dice, lo que es muy útil, pero no da garantías para proteger a los tiburones, atunes o peces espada, por ejemplo, que nadan por toda la zona y que pueden estar expuestos a ser depredados por grandes barcos. "Hoy estamos a tiempo de proteger Juan Fernández, si bien hay poca industria pesquera, la tendencia es ir de los sectores depredados a los que son más abundantes. Es cosa de tiempo, cuando sea más rentable por el gran valor comercial", enfatiza Muñoz.
Por ahora no hay tanta pesca industrial que afecte a los tiburones cercanos al archipiélago, dice Sala, pero están siendo depredados por todo el Pacífico. "Estamos analizando datos de satélite para ver cuántos barcos están pescando en la zona. Es difícil saber con exactitud, porque algunos apagan sus sistemas de identificación satelital para que no se sepa lo que hacen", afirma.