El senador Alejandro Navarro, del Movimiento Amplio Social (MAS), afirmó que su presencia en la inauguración del Congreso del Partido Socialista obedece a su intención de llamar a los partidos de la Concertación a unirse en la conformación de un Frente Amplio Opositor que pueda ser un contrapeso del gobierno de Sebastián Piñera.

"El desafío es conformar un frente capaz de instalar una oposición en Chile, porque hasta el momento no está instalada", explicó a La Tercera el senador de la Región del Biobío, quien militó 26 años en el PS antes de tomar un camino propio previo a la pasada elección presidencial.

"La Concertación tiene que terminar su duelo electoral y decidirse a ser oposición, mientras nosotros y los otros partidos que no están en ese conglomerado debemos seguir cumpliendo nuestro rol de levantar una oposición y ser alternativa", afirmó.

-¿A qué se refiere cuando habla de este duelo electoral?
-A que durante cuatro gobiernos consecutivos la Concertación gozó del ejercicio y conducción de un gobierno que se caracteriza por una monarquía presidencial, que acumula mucho poder. No desarrolló un nexo con las organizaciones sociales, no generó un escenario de derrota y por lo tanto mucha gente se siente abandonada. No hay un análisis del por qué de la derrota y esa es una pésima estrategia.

-¿El frente que propone apunta a un pacto electoral de cara a las municipales?
-Se requiere, primero, un debate sobre las ideas que mueven a esta coalición de oposición, sin embargo, la reflexión de la Concertación está demorando mucho tiempo. Los otros partidos (MAS, PRO, PRI, Humanistas y Ecologistas) han iniciado conversaciones que tienden a ir consolidando la oposición y no descarto conversar con el Partido Radical, en el plano de ir conformando los esfuerzos para ganar la próxima elección municipal, que es la antesala de la presidencial.

-¿Cómo evalúa el rol de la oposición hasta ahora considerando el estancamiento del gobierno y el auge de los ministros en todas las encuestas de opinión?

-No existe aún oposición en chile, consolidada, estructurada. La gente no podría distinguir hoy día cuál es la oposición y eso revela una grave falencia. Por un lado, insisto, la Concertación aún no sale de su duelo electoral. Por otro, el gobierno está en un permanente partido de autogoles. Sumando eso, se han facilitado dos cosas. Una es que sean los ministros quienes más destaquen y la gente pueda valorar más sus figuras que la del gobierno. Y dos que, en esta condición, la oposición tenga visibilidad más por los errores del gobierno que por sus propias propuestas.

-¿Usted y su partido entran en esa autocrítica?
-Mira, la responsabilidad de tener una desdibujada y no consolidada oposición es de todos y por cierto también del MAS. Cada cual está tratando de aportar para superar esta situación desde su propia perspectiva. Creemos que es posible mejorar las cosas, pero eso requiere de la totalidad de los partidos que están en la oposición y principalmente de la ciudadanía. Estamos empeñados en tener un nexo vinculante y permanente con los movimientos ciudadanos. La oposición debe surgir desde abajo hacia arriba y no desde arriba hacia abajo, si no está destinada a ser inconsistente e insustancial.

-¿Esa oposición transversal no se contradice con la idea de algunos partidos de la Concertación de levantar ya candidaturas presidenciales ante la falta de líderes?

-No por mucho madrugar se amanece más temprano. Está claro que la oposición no está ni siquiera en condiciones de elaborar una propuesta, mucho menos de definir un candidato presidencial sin coalición que lo respalde. Así que los nostálgicos de Michelle Bachelet, que han decidido irse a la casa a esperar que regrese para salvar a la Concertación, se equivocan. Los liderazgos se van a disputar en el ejercicio de la relación permanente con las organizaciones sociales. No es bueno el debate presidencial cuando aún no se ha establecido la carta de navegación de una oposición que no termina de consolidarse.